La DANA que golpeó Valencia a finales de octubre dejó historias de superación entre el lodo y la devastación. Valsur, un suministro industrial situado en Albal y socio de Aside, fue una de las empresas más afectadas. En sus instalaciones, el agua puso a prueba la fortaleza de un equipo humano que, entre el caos, sacó fuerzas para empezar de nuevo.
El relato de Silvia Molina, responsable de marketing de Valsur, es un testimonio que combina desolación y resistencia. Con la voz entrecortada por momentos, Silvia recuerda a C de Comunicación cómo el agua irrumpió en el local, rompiendo la puerta principal de cristal y arrasando todo a su paso.
“Los objetos flotaban en la tienda, moviéndose hasta el final del local. Los estantes de abajo quedaron vacíos porque todo se perdió”, relata Silvia. Josep García, gerente de la empresa, vivió aquella noche desde el interior, en la planta superior, donde se encuentra un almacén, viendo cómo su negocio se inundaba y el barro lo cubría todo.
Mientras Josep resistía en la parte alta del local, en la planta baja todo era caos. La corriente desplazaba herramientas, cajas y productos que terminaron apilados en el fondo del establecimiento, inutilizables. La tienda parecía una “zona de guerra”, cuenta Silvia, al igual que lo describió Rafa Martínez, responsable de la delegación de Valencia de CIR62. Sin embargo, entre el lodo también flotó algo más valioso: la determinación de empezar a limpiar y reconstruir, pese a no saber por dónde empezar.
Una batalla contra el barro para salvar lo que quedaba y volver a estar operativos
“Empezábamos a barrer, a quitar lodo, productos… pero todo volvía a estar igual que al inicio. Teníamos que buscar otra forma”, confiesa Silvia con una mezcla de agotamiento y aprendizaje.
No hay manual para enfrentarse a una catástrofe así. Todo era prueba y error, y la incertidumbre se mezclaba con la urgencia. En el patio trasero de la empresa, nos muestra el almacén improvisado donde acumularon los productos dañados, un lugar que habla tanto de la magnitud de la tragedia como del esfuerzo por levantarse.
Afortunadamente, parte del material guardado en la planta superior del almacén se salvó, lo que permitió que Valsur pudiera seguir ofreciendo lo que más demandaban en esos días: botas de agua, escobas y araganes para otros afectados. “Dimos lo que pudimos”, señala Silvia, emocionada al recordar cómo incluso en medio de la destrucción, hubo momentos para ayudar a quienes, como ellos, lo habían perdido todo.
Hoy, Valsur sigue adelante, con la huella de la DANA aún presente, tardará en marcharse y nunca se irá del todo, pero con el brillo de quienes saben que el barro puede cubrir el suelo, pero no la voluntad de salir adelante.
Un reportaje realizado junto a Alejandro Centellas, responsable del área de Ferretería y Bricolaje de C de Comunicación.