En la localidad valenciana de Riba-Roja del Turia conviven dos realidades: la de los negocios que se ubican en la zona elevada del municipio y la de los negocios en el margen del río Turia. Los primeros quedaron a salvo de lo peor de la DANA mientras los segundos fueron en gran parte arrasados por las riadas. Y en el lado de los primeros, Bricolage Moreno, la otra cara del desastre.
Cuando C de Comunicación llega a las inmediaciones de esta ferretería, asociada a Coinfer, pocas son las señales que evidencian lo que ocurrió en la localidad hace apenas un mes y medio. Algunas pintadas de apoyo o carteles para la donación de productos para los afectados son la nota distinta en medio de unas calles que desprenden una relativa normalidad.
“Nosotros no teníamos ningún ningún daño”, recuerda Alejandro, responsable de la contabilidad del negocio. La ferretería, enclavada en altura con respecto al río, pudo abrir desde el primer momento. Y desde el primer momento se convirtieron “en esenciales” por ser “de las pocas ferreterías funcionando” en la zona.
“En dos días se fundieron todas las palas y botas de agua. Venía la gente también a por generadores. Los primeros los alquilamos, los siguientes que nos llegaban se vendían en seguida porque todo el polígono de abajo no tenía luz“.
Alejandro
Durante lo peor de la DANA, mientras en el polígono a la altura del río se amontonaban los coches y se replicaban los destrozos entre las empresas -en este polígono se ubica, entre otros, el almacén de Julián Celda-Profesa-, Bricolage Moreno se convirtió en un pequeño foco de luz para quienes necesitaban material de ferretería.
Ahora estamos colaborando con mucha gente, personas que hacen donaciones o que compran electrodomésticos y se los entregamos directamente. Hay mucha gente que se ha quedado sin casa y tienen que recuperarse con lo básico“, explica Alejandro.