Cuando Ignacio Fernández, director comercial de Tayg, asegura que lo que se encontró al llegar a la fábrica tras el paso de la DANA fue una imagen “dantesca” y como “una zona de guerra” no está recurriendo al tópico. Es tan solo una descripción repetida una y mil veces por todos los que vivieron lo peor de las riadas: lodo, coches amontonados y destrozos.
La mejor noticia, que ninguno de los trabajadores de Tayg sufrió daños personales. Lo peor, que las riadas impactaron tanto en el stock de la compañía que Ignacio habla de pérdidas valoradas en “muchos millones”. Como tantas otras empresas afectadas, la tarea ahora es evaluar los daños con peritos y seguros.
Dentro de la ruta de C de Comunicación por las empresas más golpeadas por la DANA en Valencia, Ignacio Fernández abre las puertas de la fábrica de Beniparrell (Valencia) un mes y medio después de lo ocurrido.
En la planta, por la que aún circulan máquinas de limpieza, los operarios ya trabajan con cierta normalidad, aunque Ignacio asegura que hasta mediados de enero no volverán al 100 %.
Pese a todo, reconoce el esfuerzo de la plantilla de Tayg para adecuar la fábrica y el apoyo de clientes y proveedores durante todo este proceso.
