Cada vez más marcas industriales se animan a probar con creadores de contenido. Pero, ojo: no todo vale. Una mala elección puede hacer que la campaña se quede en nada. Estos son los errores más comunes —y cómo reconocerlos antes de que sea tarde—.
1. Creer que más seguidores significa más ventas
Es el error más habitual: confundir cantidad con calidad. Que un influencer tenga miles de seguidores no sirve de nada si no están interesados en lo que vendes.
A veces esos números esconden perfiles falsos o simplemente gente que no pertenece al público que interesa. Si tu producto va dirigido a profesionales de un oficio concreto, colaborar con alguien que hace bricolaje casero, proyectos en miniatura o recetas de cocina no tiene sentido.
No importa cuántos seguidores tenga: si no llega al público adecuado, no servirá de nada.
2. No tener claro qué queremos conseguir con la acción
Antes de pactar una campaña con un influencer, hay que saber para qué la hacemos. No todos los creadores sirven para lo mismo: algunos ayudan a vender más, otros a dar visibilidad a la marca, y otros logran un alcance enorme.
Si no se define el objetivo desde el principio, la acción irá sin rumbo y será difícil valorar si ha funcionado.
Por ejemplo, no tiene sentido hacer un sorteo de producto con alguien cuya comunidad apenas comenta o participa. O elegir a un creador con gran audiencia internacional si tu producto solo se vende en España.
3. No explicar bien qué se espera del creador
Este error suele ir de la mano del anterior. Si nos limitamos a enviar el producto sin dar instrucciones claras, lo normal es que el resultado no sea el que se espera. No es lo mismo enviar un producto a un creador esperando que explique cómo se usa en la obra, que esperar que muestre sus puntos fuertes mientras lo abre por primera vez frente a la cámara.
Hay que explicar qué mensaje se quiere transmitir, qué parte del producto destacar o cómo se usa.
4. Hacer una colaboración puntual y olvidarse
Las colaboraciones puntuales generan curiosidad, pero no confianza. Para que el público te recuerde como marca, hay que aparecer más de una vez y construir una relación a largo plazo con el creador.
La idea es convertirnos en una marca que el creador use y recomiende en su día a día, de manera que su comunidad nos vea como la opción natural frente a otras.
5. Pagar por contenido… y dejarlo morir
Muchos pagan una colaboración y luego olvidan el contenido. Error. Ese vídeo, esa foto o esa demostración técnica pueden reutilizarse en redes, web o ferias.
Un tutorial bien hecho sobre cómo instalar un sistema de nivelación puede seguir atrayendo clientes meses después. Con la cantidad de publicidad que hay hoy en redes, diferenciarse es clave.
Como señalamos en Ruido Fino, trabajar con influencers puede ser muy rentable, pero solo si se hace con cabeza, estrategia y paciencia. No se trata de salir en un vídeo, sino de construir una historia que conecte con quien realmente usa tus producto
















