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Mejorar el punto de venta

Seis consejos clave para optimizar el etiquetado e impulsar las ventas en las ferreterías

Por Antonio Valls

La etiqueta desempeña un papel esencial en el impulso de las ventas; constituye el vehículo informativo que revela el coste de los productos y se acompaña de detalles adicionales sobre el artículo, tales como la descripción, el código de barras, la referencia y el precio. Estos elementos, fundamentales e imprescindibles, son un factor crucial en el estímulo de la decisión de compra.

Existen numerosos formatos de etiquetas que abarcan diversas dimensiones, diseños y contenidos. Sin embargo, se distinguen dos protagonistas principales. La primera es la tradicional y ampliamente empleada etiqueta de papel y la segunda se trata del sistema emergente de la etiqueta electrónica, que gana cada vez más terreno y adopción. Ambas alternativas han demostrado ser acertadas y eficaces.

¿Qué aspectos de una etiqueta debemos estudiar?

Al considerar una etiqueta debemos evaluar la información que alberga, así como prestar atención a la selección cuidadosa del tipo de letra y su tamaño. Además, debemos fijarnos en los distintos elementos descriptivos que conforman la etiqueta.

Las etiquetas siempre han planteado un desafío para el ferretero, por la complicación de cambiar los precios o cualquier otra acción que se debe realizar. Es vital considerar que, por lo general, en cualquier ferretería se requiere realizar modificaciones de precios o ajustar información entre un 10 % y un 15 % en promedio, dada la diversidad de proveedores. Esta dinámica implica un considerable volumen de trabajo que se traduce en muchas horas dedicadas a lo largo del año para llevar a cabo estas acciones.

En muchos casos, estas etiquetas no se cambian con la agilidad y rapidez que deberían, por la falta de tiempo y por la catalogación de esta tarea tan normal y necesaria como es el cambio de precios. Es un trabajo del que nadie quiere hacerse cargo, pero que puede generar problemas de imagen y hasta de pérdida de dinero si no se hace nada para mantener los precios al día y no perder margen.

Seis consejos básicos para poder mantener las etiquetas al día

  1. El cuerpo de una etiqueta debe contar con la cantidad justa y precisa de los datos básicos para informar al cliente y para poder gestionar correctamente cualquier acción que se debe hacer sobre el propio producto. Los datos básicos y necesarios son el precio, el código de barras, la descripción del producto y la referencia del proveedor o del punto de venta.
  2. Facilitar rápidamente la visión del contenido de la etiqueta. Para ello, debemos utilizar una tipología de letra que sea fácil de ver y entender, amplia y alta para una fácil lectura. También es importante el tamaño de los textos, recomendando mezclar tamaños para cada información impresa, como la descripción del producto de un tamaño y formato, y la referencia en otro, por ejemplo.
  3. La cifra debe ser de un tamaño en proporción al resto del texto de la etiqueta. Las descripciones deben ser aproximadamente 10 veces mayores para que sean muy visibles para todo tipo de cliente, desde una persona joven hasta una persona mayor. Facilidad y visibilidad total.
  4. La mezcla de color en la etiqueta le resta importancia a la visibilidad del resto de contenidos. Ver miles de logos junto al precio no nos aporta un valor diferencial para mantenerlos. Es una recomendación que va sujeta a la cantidad de color y tipo de logo.
  5. Se recomienda poder igualar, en la medida de lo posible, el tamaño de la etiqueta, ya que la diferencia de tamaños confunde al cliente. Debemos separar y diferenciar si es un cartel promocional de una oferta o una cabecera; ahí sí, el precio se puede reproducir en otro tamaño, pero sólo en estas opciones. Facilitar al cliente la visión rápida del precio ayuda en la decisión de compra y también en la comparación entre productos en la misma tienda. Porque es molesto observar precios en diferentes formatos y tamaños entre los miles de productos que hay en una ferretería.
  6. La base sobre la que imprimir las etiquetas de precios es muy importante, ya que por un tema de ahorro se utiliza papel térmico que, con la luz natural y también la artificial, va perdiendo su intensidad. Esto hace que en muchas ocasiones no se pueda ni ver el precio. Se recomienda utilizar papel convencional de un gramaje de 80 gramos para que tenga un contraste de color blanco muy visible. Ayudará aún más a resaltar el precio y los textos. Por norma general, las etiquetas se colocan dentro de un porta precios y no se requiere que sea adhesiva, ya que tiene un mayor coste y no aporta ningún tipo de valor que lo justifique.

Un mal etiquetado nos puede generar pérdidas

Aunque hay muchos más consejos, estos son los que merecen una atención especial. No otorgarle a la etiqueta de precio la relevancia que merece, sin duda, tiene un impacto directo en nuestras ventas. Esto podría traducirse en una pérdida de facturación de hasta un 23 %, cifra que refleja cómo la ausencia de la etiqueta adecuada afecta directamente a nuestra capacidad de generar ingresos.

Modificar los precios con nuevas etiquetas no debería considerarse una tarea ardua; es tan común como cualquier otra actividad diaria en el ámbito de la ferretería. Sin embargo, resulta curioso que sea una de las labores más cruciales, ya que sin precios y una etiqueta efectiva, las ventas simplemente no se materializan. Las etiquetas electrónicas han llegado para quedarse y gradualmente reemplazarán a las de papel.

En la actualidad, la implementación generalizada de etiquetas electrónicas se ve frenada por su coste y por la cantidad que se necesita para cubrir toda una tienda, lo cual puede no resultar rentable en términos de inversión inicial. Sin embargo, su verdadero valor radica en la optimización y mejora de la calidad del etiquetado. Estas etiquetas, siempre actualizadas, responden inmediatamente a cualquier cambio de precio o ajuste en el producto, brindando una solución eficiente y precisa. Es imperativo comprometernos con la mejora en nuestro etiquetado, ya que esto se traduce directamente en un impulso significativo de las ventas.

Sugerencias y comentarios:

  • El etiquetado de nuestra ferretería no es un castigo, sino una necesidad comercial.
  • Hay que ajustar los tamaños y el tipo de letra para su mejor visibilidad y compresión por el cliente.
  • La cifra de precio debe ser sustancialmente mayor que del resto, para que sea lo primero que ve y lee el ojo humano.
  • La nueva etiqueta electrónica es y será cada día más necesaria para gestionar correctamente nuestra actividad comercial.

Autor: Antonio Valls

Antonio Valls, director general de SystemShop Consulting S.L. Autor del libro ‘F de Ferretería. Manual para la Ferretería del siglo XXI’.

Con más de 24 años de experiencia en gestión e innovación en el punto de venta, Antonio Valls es un apasionado del sector de ferretería y bricolaje.

Antonio Valls SystemShop Consulting

SystemShop Consulting S.L. es una empresa especializada en la optimización e innovación en el punto de venta (retail). Busca y da soluciones efectivas a cualquier problema: imagen del establecimiento, ‘lay out’, formación del personal, imagen corporativa, gamas de producto, negociaciones con proveedores, gestión de compras, ‘mystery shopper’, implantaciones, iluminación, rotulación y señalización, escaparates, gestión del punto de venta, indumentaria, distribución interior, decoración interior del establecimiento, lógica de funcionamiento.

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