En un mundo tan polarizado, los discursos reduccionistas ofrecen explicaciones simples a problemas complejos. Es una posición cómoda: basta con lanzar una afirmación simplona, casi asumida, para contextualizar el mundo que nos rodea. La realidad diagnosticada a golpe de titular. Y a otra cosa.
Quizás uno de los más escuchados últimamente, en este ejercicio de sociología tabernera, es que los jóvenes no quieren trabajar. Son vagos, desprecian el esfuerzo, y su máxima aspiración es convertirse en influencers y youtubers o cualquiera de esas ocupaciones en las que no se sabe dónde acaba lo lúdico y comienza lo profesional.
Hasta que la realidad cambia por completo el planteamiento. Lo vivimos el pasado jueves en la XI Jornada de Jóvenes Ferreteros. Reunimos a casi medio centenar de jóvenes ferreteros -muchos de ellos entre los 20 y los 35 años, representantes de esa generación bajo sospecha- que nos demostraron que la ambición, el empuje, las ideas, el trabajo y la dedicación no entienden de edades.
Nombres propios como Mar Dols, Nuria Esquerda, Marcel Martínez, Enric Furriols, José Manuel Aguiar, Ángela Talavera, David Saseta, Marc Puig, Pablo De Frutos, y tantos otros que nos acompañaron durante la jornada encarnan, como pocos, esa voluntad de trabajo y esfuerzo por hacer crecer sus negocios. Toda una cura de humildad para los portavoces de la verdad.
Me llamó la atención, además, que entre gente tan joven los discursos se focalizaran en el cliente, en el servicio, en las soluciones, en el liderazgo o en la gestión del talento humano. La tecnología o la Inteligencia Artificial sobrevolaron como meras herramientas para potenciar todo lo anterior. Muy en sintonía, por cierto, con lo que expuso Neftalí Cabrero en su blog ‘El futuro no tiene manos… pero sí cabeza’.
En definitiva, una jornada vibrante, inspiradora, que nos recordó que las narrativas simples apenas dan para despachar una conversación de barra de bar. La realidad, tan poliédrica, no puede explicarse con un concepto manido.
Si quieren ejemplos de jóvenes trabajadores, pasen por ventanilla.










