Fischer ha decidido saltarse el canal ferretero para lanzar su propia tienda online. Cualquiera que acceda a la web de la marca alemana puede seleccionar sus productos, añadirlos al carrito y comprarlos. Una venta directa al cliente final sin intermediarios, sin prescripción, sin consejo especializado, sin valor añadido.
Un movimiento que supone una declaración de intenciones por parte de la marca: apostar por el volumen y el margen que proporciona el cliente final, aunque por el camino se distancie del ferretero. Lícito, sin duda, pero con consecuencias en el canal tradicional.
De hecho, algunos ferreteros con los que hemos tenido ocasión de hablar sobre este movimiento de Fischer aseguran que en estos casos la única solución pasa por reducir su gama al mínimo indispensable y apostar por alternativas que cuiden el canal. Porque no es la primera marca del sector que decide saltarse un eslabón de la cadena, ni tampoco será la última.
El posicionamiento de marca no puede con todo. Y pese a que Fischer innegablemente ha construido un nombre de referencia en el ámbito de la fijación, este tipo de movimientos de pesca de arrastre, de ir a por todo, afectarán su imagen en el canal tradicional y mermará la prescripción -tan necesaria- del ferretero en el punto de venta.
Un peaje por el que, suponemos, está dispuesta a pasar la marca alemana para adentrarse en ese terreno proceloso del online, donde casi todo gira en torno al precio.
Fischer, que con tanto orgullo ha vinculado su marca a la del exentrenador alemán Jürgen Klopp -reconocido por sus valores de respeto y trabajo en equipo-, debería entender que no todo vale para ganar.
En Tenerife han abierto, bajo franquicia, una tienda 100% Fischer
Un calco de este escenario lo podemos trasladar a Ehlis y su Cadena88, acogiendo en su seno a suministros industriales y cooperativas agro-ganaderas.
No solo venden online, han puesto comerciales para grandes cuentas y también para energía fotovoltaica para vender directamente. Espero y deseo que el sector lo tenga en cuenta.