En la Comunidad de Madrid existen unas 1.200 ferreterías, y 56, de las que forman parte de AGREFEMA han superado el medio siglo de historia
El Gremio de Ferretería de Madrid (AGREFEMA) ha celebrado un emotivo homenaje a las ferreterías que llevan más de cincuenta años abiertas en la región. Un reconocimiento a esos comercios esenciales que, generación tras generación, han acompañado la vida cotidiana de los madrileños, ofreciendo algo más que herramientas: confianza, consejo y cercanía.
En la Comunidad de Madrid existen unas 1.200 ferreterías, y 56, de las que forman parte de AGREFEMA han superado el medio siglo de historia. De estas, 27 negocios familiares participaron en el acto de homenaje, mientras que el resto permanecieron atendiendo sus mostradores, fieles a su compromiso diario con los vecinos.
Son establecimientos que han sobrevivido a pandemias, apagones, crisis económicas y a la transformación digital. Frente a los precios bajos de las grandes superficies, los bazares o las plataformas online, su fortaleza ha estado siempre en el trato humano y en el conocimiento experto que solo da la experiencia.
“Hospitales del Hogar”
Detrás de cada mostrador hay una historia familiar. Muchas de estas ferreterías han pasado ya a la tercera generación, conservando el legado y la vocación de quienes las fundaron. Otras, sin embargo, se enfrentan a la incertidumbre del relevo: cerca de una treintena podrían cerrar sus puertas en los próximos años por falta de continuidad, según ha apuntado el presidente del gremio, Juan Carlos Vazquez
El homenaje de AGREFEMA ha querido poner en valor esa resistencia silenciosa, la de quienes han sabido mantenerse firmes mientras todo cambiaba a su alrededor. Son negocios que han estado ahí en cada reparación, en cada emergencia doméstica, en cada gesto cotidiano de quienes encuentran en sus pasillos algo más que productos: la ayuda cercana de quien conoce cada tornillo y cada historia del barrio.
Las ferreterías madrileñas son, en definitiva, auténticos hospitales del hogar y de la memoria de nuestras ciudades que velan por el bienestar y buen funcionamiento del más mínimo detalle. Un oficio que no solo vende herramientas, sino que construye comunidad.
















