A partir del 1 de enero de 2022, todos los productos que se adquieran en España deberán tener una garantía de tres años (y no dos, como actualmente).
El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana una modificación de la ley de consumidores, que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2022.
A partir de esa fecha, todos los productos que se adquieran en España deberán tener una garantía de tres años (y no dos, como actualmente) y los fabricantes estarán obligados a tener piezas para repararlos durante diez años (y no cinco, como viene siendo hasta ahora).
Estas modificaciones, que resultan de la aplicación de la normativa comunitaria, rendundarán previsiblemente en un “aumento de demanda en la reparación, con lo que se alargará la vida útil de los dispositivos y, en consecuencia, habrá un menor impacto medioambiental”, según valoraciones de la empresa de posventa de tecnología Anovo.
Según el director ejecutivo de Anovo, José García Martínez, esta nueva medida “beneficia a todas las partes”. Por un lado, “al medio ambiente, porque se alargará la vida útil de los dispositivos y se generará menos basura tecnológica”. También beneficiará a los usuarios, “porque podrán sacarle un mayor partido a sus equipos”.
¿La nueva medida perjudicará a los fabricantes?
En relación con los fabricantes, García considera que “pueden no notar mucho la repercusión, ya que hay que tener en cuenta que los dispositivos tienen cada vez mejor calidad y fallan menos”. Por último, señala que “el aumento de las reparaciones podría repercutir en nuevas oportunidades de empleo”.
En la actualidad, y según los datos de Anovo, transcurridos los dos años de garantía los dispositivos que más se suelen reparar son los de alta gama. En cambio, los usuarios que tienen equipos más económicos prefieren comprarse una nueva unidad antes que apostar por la reparación, pasados estos dos años, porque no les suele compensar hacerse cargo de la reparación.
