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Mejorar el punto de venta

Cómo gestionar el estrés en la ferretería

Por Antonio Valls

Se hace necesario cuestionarse si existe algún ferretero que desconozca el estrés, ya que, por norma general, lo experimentan y lo sufren a diario.

La gestión de una ferretería puede parecer sencilla a simple vista, pero no es un negocio cualquiera. Implica mucho más que simplemente comprar y vender productos. En una ferretería, por lo general, se manejan entre 4.000 y hasta 12.000 referencias, e incluso este número puede duplicarse en establecimientos de mayor tamaño. Todo esto implica una serie de actividades que van desde la recepción, compras, altas, pagos o reposición, entre otros.

Además, hay un factor adicional que contribuye al aumento del estrés, y es el trato con el cliente, especialmente aquellos que acuden a la ferretería por necesidad. Similar a las farmacias, los clientes rara vez visitan una ferretería por placer, sino más bien porque requieren soluciones urgentes para problemas domésticos o laborales, como fugas de agua, humedades o problemas eléctricos.

Los ferreteros se enfrentan a una presión constante para proporcionar soluciones inmediatas y asequibles, lo que puede generar una tensión considerable. Los clientes, en su afán por resolver sus problemas, transmiten sus demandas de manera enérgica y urgente, lo que añade una carga adicional a los ferreteros. Este constante flujo de situaciones demandantes durante jornadas laborales de 8 a 10 horas diarias puede desencadenar estrés. Aunque se pueda argumentar que uno se acostumbra a la presión, en realidad, esta no deja de afectar.

Existen dos tipos de estrés

El ajetreo del día a día nos somete a una constante presión que, lejos de ser algo a lo que nos acostumbramos, es un desafío continuo. La presión puede ser asumida, pero nunca se convierte en algo trivial. Surge cuando un cliente presenta un problema y espera soluciones inmediatas, o cuando una tarea simple como hacer una copia de llave se convierte en una fuente de tensiones, con reclamos sobre su calidad o su precio. También se manifiesta en la frustración de no poder cumplir con los plazos de entrega, dejando al cliente en vilo y comprometiendo sus propios planes.

Incluso, puede reflejarse en la desafortunada realidad de vender productos a precios más bajos de lo que deberían, por una simple falta de atención a los detalles en la fijación de precios. Estas situaciones se suman y generan una presión constante que, aunque tratemos de ignorarla, termina por afectarnos. Y, lamentablemente, el costo de esta tensión puede manifestarse en problemas de salud, que, aunque no sean la norma, son demasiado comunes en nuestro sector.

Existen dos tipos de estrés: el que se manifiesta en forma de alteración y reacción inmediata, y el que se acumula gradualmente hasta que estalla en algún momento.

Esta tensión puede manifestarse de diversas formas, como reacción desmesurada a la pregunta de un compañero que no se merece ese trato o molestias físicas inexplicables. Además de los desafíos propios del negocio, como errores en pedidos, dificultades en las ventas o problemas de tesorería, los ferreteros también deben lidiar con tensiones provenientes de otros aspectos de sus vidas, como familiares o sociales.

Conozco a pocas personas que no experimenten estrés, pero hay muchos que no son conscientes de ello. Sin embargo, al dirigir un negocio, especialmente uno de ferretería debido a su complejidad, la tensión es constante. La presión de ofrecer soluciones eficientes y convincentes a nuestros clientes es constante. Es digno de reconocimiento y admiración el esfuerzo diario de los ferreteros y sus equipos de venta, quienes siempre mantienen una actitud positiva y encuentran soluciones, independientemente de las circunstancias. Su compromiso con el cliente y la gran profesionalidad que caracteriza al sector ferretero son inigualables.

¿Es posible vivir sin estrés en una ferretería?

Nos debemos preguntar: ¿Es posible vivir sin estrés en una ferretería? Personalmente, creo que no. Para quienes lideran su propio negocio en este sector, es difícil desconectar de los desafíos, tanto internos como externos. Además de los problemas internos, como hemos mencionado, se suman los desafíos externos, como la competencia local, las grandes superficies y las ventas en línea. Todo esto genera una carga constante, pero los ferreteros siguen adelante. ¡Felicidades!

Lo que realmente alivia y reduce el estrés es ver entrar y salir por la puerta de la ferretería a clientes habituales y leales, que confían en los servicios que ofrecemos día tras día, semana tras semana, año tras año.

Esto es un indicativo de que hemos hecho algo bien y seguimos haciéndolo para mantener esa fidelidad. El hecho de que los clientes nos reconozcan y nosotros a ellos genera una sensación de calma y satisfacción. Nos hace sentir que vale la pena estar al frente de una ferretería. Siempre hay personas que saben valorar y agradecer el trabajo que realizamos, que podríamos comparar con el de un semi-farmacéutico, al brindar soluciones para resolver los problemas de nuestros clientes.

Somos uno de los pocos sectores en los que podemos afirmar que ofrecemos soluciones para todo tipo de personas: pintores, albañiles, jardineros, carpinteros, mecánicos, amas de casa e incluso jóvenes que necesitan materiales para sus proyectos escolares.

Aquí está el ferretero y aquí está la ferretería. Estas son las píldoras y el mejor tratamiento para combatir el estrés del ferretero: hacer las cosas bien desde el principio para evitar tener que volver a hacerlas, y proporcionar al cliente exactamente lo que necesita para resolver su problema, aplicando la misma solución que uno mismo usaría.

Esto sin duda reduce los estados de estrés que son tan comunes en el mundo comercial en general, y especialmente en el ámbito de la ferretería. Trabajemos para que cada día nuestra ferretería sea mejor, no solo en términos de ventas y beneficios, sino también en términos de tranquilidad y calidad de vida. Esto último es algo que no se puede comprar ni vender, sino que debemos disfrutar.

Sugerencias y Comentarios:

  • El estrés no es casual, una gran parte del que sufrimos nos los generamos nosotros mismos.
  • La acumulación de muchos factores internos y externos hacen que nuestro nivel de estrés aumente.
  • Las consecuencias del estrés en nuestra ferretería se reflejan en la pérdida de clientes y ventas, y en las personas por el mal humor y estado físico.
  • Es posible vencer al estrés ferretero con un buen planteamiento, como hacer bien las cosas desde el minuto cero, y aplicar una planificación severa para reducir el imprevisto, que son los detonantes de la tensión y el estrés.

Autor: Antonio Valls

Antonio Valls, director general de SystemShop Consulting S.L. Autor del libro ‘F de Ferretería. Manual para la Ferretería del siglo XXI’.

Con más de 24 años de experiencia en gestión e innovación en el punto de venta, Antonio Valls es un apasionado del sector de ferretería y bricolaje.

Antonio Valls SystemShop Consulting

SystemShop Consulting S.L. es una empresa especializada en la optimización e innovación en el punto de venta (retail). Busca y da soluciones efectivas a cualquier problema: imagen del establecimiento, ‘lay out’, formación del personal, imagen corporativa, gamas de producto, negociaciones con proveedores, gestión de compras, ‘mystery shopper’, implantaciones, iluminación, rotulación y señalización, escaparates, gestión del punto de venta, indumentaria, distribución interior, decoración interior del establecimiento, lógica de funcionamiento.

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