Aunque el uso extendido de la mascarilla se popularizó en 2020 con la pandemia de la Covid-19, su aplicación como medida preventiva ante crisis sanitarias tiene antecedentes históricos.
Durante los siglos XVII y XVIII, en Europa, los médicos que atendían a pacientes con peste utilizaban una indumentaria específica. Esta incluía una máscara con forma de pico, gafas, guantes de cuero, un bastón y un vestido de tela encerada. El diseño fue creado por Charles de Lorme, médico de Luis XIII, durante una epidemia en 1619.
El pico de la máscara, de unos quince centímetros, contenía esponjas empapadas en sustancias como alcanfor, láudano, vinagre o plantas aromáticas, bajo la creencia de que los malos olores causaban enfermedades. Esta teoría, conocida como la teoría de los miasmas, se remontaba a Hipócrates y predominó hasta el siglo XIX.

Durante la peste de Marsella en 1720, no sólo los médicos utilizaron protecciones nasales. También lo hicieron enfermeras y personas encargadas de trasladar cadáveres, quienes colocaban paños empapados en vinagre sobre sus rostros.
En el siglo XIX, la teoría de los miasmas fue desplazada por el descubrimiento de los agentes infecciosos microscópicos. Louis Pasteur demostró su existencia, y Carl Flügge identificó que estos podían transmitirse a través de gotas. A raíz de ello, el cirujano Jan-Antoni Mikulicz Radecki diseñó la primera mascarilla quirúrgica: una compresa de muselina que cubría nariz y boca. Posteriormente, otros médicos desarrollaron variantes con tiras para sujetarlas detrás de la cabeza.
A comienzos del siglo XX, las epidemias aceleraron el uso de mascarillas. Durante la peste de Manchuria en 1910 se extendió su uso entre la población. La pandemia de gripe española en 1918 y 1919 generalizó aún más su empleo. En ese contexto, médicos, enfermeras, pacientes, soldados y trabajadores utilizaban cuadrados de gasa, a menudo impregnados con antisépticos. En Estados Unidos, el uso fue obligatorio en espacios públicos y transportes.
En Francia, durante los años 30, la prensa recogió el escepticismo de la población sobre su uso. Algunas publicaciones mostraron imágenes de ciudadanos en Londres, Ucrania o la Unión Soviética portando mascarillas durante brotes de gripe.
Tras la Segunda Guerra Mundial se normalizó su fabricación y uso en contextos médicos. Se establecieron regulaciones específicas para distinguir las mascarillas quirúrgicas de los dispositivos de protección respiratoria como las FFP2 o KN95.
¿Sabías qué? nace para descubrir las historias curiosas, los inventos inesperados y los secretos que se esconden detrás de los elementos más comunes del sector. Desde el origen del tornillo hasta la evolución de la llave inglesa, desvelaremos cómo surgieron, quién los creó o qué papel jugaron en el desarrollo industrial. Un rincón para aprender sobre los elementos que usamos a diario sin detenernos a pensar.