Kingfisher se ha desprendido, al fin, de sus tiendas en Rusia. La multinacional británica expresó su decisión de salir de Rusia hace casi dos años, justo al mismo tiempo que anunciaba su intención de abandonar España, aunque en este último caso dio marcha atrás hace unos meses.
Por tanto, Castorama Rusia, que es la enseña con la que Kingfisher estaba presente en dicho país, pasa a manos de Maxidom, una destacada cadena de bricolaje rusa que cuenta con 15 puntos de venta y una superficie media por tienda de 13.000 m2.
La venta de Castorama a Maxidom se ha cerrado por un importe de 73 millones de libras (unos 80 millones de euros), de los que ya se ha pagado el 80 % (el resto, a dos años). La cadena perteneciente hasta ahora a Kingfisher dispone de 18 tiendas.