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Mejorar el punto de venta

Cómo mejorar tu ferretería sin coste

Por Marta JiménezDirectora general de C de Comunicación

El dinero lo puede y lo consigue todo y puede que en parte sea así. Pero para mejorar, gastar o invertir no es la única solución. debemos contar con algo incalculable que, en muchas ocasiones, no damos importancia: el poder del querer. La fuerza del querer es espectacular, “es única”. Por este motivo, debemos tener en cuenta que querer es la herramienta para alcanzar nuestros objetivos, tanto personales como empresariales. Y que nos puede ayudar a conseguir todo lo que nos propongamos, simplemente con las ganas y la predisposición para lograrlo.

Esta fórmula única la utilizan muchos ferreteros que saben que, si se lo proponen, lo consiguen y que, si no hacen nada por alcanzar su objetivo, es evidente que no se llega a conseguir. Este hecho lo podemos extrapolar a todo lo que pensemos o hagamos para mejorar nuestra ferretería, pero que no se realiza por falta de fe en creer que es posible todo en cualquier situación, departamento, responsabilidad, espacio, etc.

Siempre pensamos en cambiar nuestra imagen, los contenidos de nuestros lineales, nuestra cartelería, nuestra oferta, nuestro ‘lay out’, etc. Todo es posible cambiarlo sin costes, simplemente con la predisposición de hacer algo para mejorar y avanzar. Cuando entramos en una gran parte de ferreterías y vemos todo por el suelo, mal colocados los productos en los lineales, sucio, sin precios, etc., y le preguntamos al propietario por qué está así, él nos contesta con otra pregunta: “¿el qué?” Nos pregunta qué es lo que vemos que está mal, porque se ha mimetizado con todo y lo ve como normal; no le da importancia a algo tan relevante como el mal estado en conjunto de la ferretería, al estar cada día viendo lo mismo, día tras día.

La mala imagen que estamos ofreciendo como ferretería provoca la pérdida de clientes y ventas. No importa ser más caro o más barato, tener más o menos productos. Lo que no se puede es mantener un nivel de dejadez visible que se entiende como una falta de preocupación por los intereses de los clientes que, al final de todo, son los que nos pagan las nóminas y los gastos.

Debemos de ser autocríticos y no conformarnos con cómo esta nuestra ferretería. Hemos de preocuparnos para mejorar en todo momento, escuchar al cliente, que suele ser muy crítico, y esta crítica siempre es en interés a sus intenciones. Pero este es el motivo de tener una tienda: su finalidad es atender lo mejor posible al cliente, que nos compre lo máximo posible y que regrese en próximas compras. Es así de fácil. El cliente siempre es el rey y, para atender sus necesidades y de la forma que quiere que se le atienda, debemos de dar un cambio. Y para ello hay que escuchar al cliente y contar con una precisión y un nivel de critica muy alto con nosotros mismos. Y no como nos guste a nosotros, sino lo mejor para nuestra ferretería y lo mejor para el cliente.

Hay que estar siempre pensado en mejorar y no puede ser algo esporádico y a expensas de disponer de efectivo para realizar mejoras o reformas. Muchas acciones son importantes y el coste para mejorar es inexistente, como etiquetar con precio los productos, no vender polvo con nuestros productos, poner orden en nuestros lineales, etc.

Existe una larga lista de acciones que dependen más de la voluntad y las ganas de trabajar del responsable o empleados de la ferretería que del coste que suponen, que en muchos casos es de cero euros. Todo se basa en querer y hacerlo.

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Si supiéramos el coste que nos supone la dejadez en nuestra ferretería, sin ningún tipo de duda haríamos lo imposible para que no existiera, ya que la desidia es un generador muy potente de pérdida de ventas y de clientes, ya que estos perciben que nuestra tienda no se preocupa por mejorar los detalles que más les inquietan. Esto es lo mismo, por ejemplo, que un restaurante donde las mesas donde debes sentarte a comer están sucias y sin retirar los platos del anterior cliente. Casi seguro que no nos sentaremos en esa mesa y la dejadez de no limpiarla genera un rechazo a los clientes que tienen que sentarse, mientras el camarero sigue atendiendo a otras mesas. El camarero debería de priorizar limpiar las mesas para que los nuevos clientes se sienten, pero si estos ven que no hace nada, se marchan del restaurante.

Esta es la situación que viven nuestras ferreterías, que no generamos esa empatía necesaria con el cliente. Él tiene el poder de comprar dónde y cuándo quiera. Por este motivo, se va a una ferretería donde vea acciones que demuestren que se preocupan por él y que favorezcan sus intereses.

Hay que pensar que mejorar la ferretería y atender mejor no es un problema de dinero, sino una actitud de querer mejorar. Y existen muchos detalles que podemos poner en marcha sin coste. Solo se necesita la voluntad y la predisposición de mejorar y solo mejorar. Es posible.

Sugerencias y comentarios para mejorar nuestra ferretería

  • Debemos de pensar como clientes y no como ferreteros, para tener una ferretería comercial y óptima para vender.
  • Muchas ferreterías no mejoran por falta de capacidad económica, sino por falta de ganas de querer hacerlo.
  • La suma de detalles insignificantes, que un ferretero no valora, sí le afectan, y mucho, a los clientes.
  • Contar con una ferretería que se preocupa por el cliente se hace visible en multitud de detalles, muchos de los cuales no tienen ni coste. Solo se trata de querer hacerlo.

Autor: Antonio Valls

Antonio Valls, director general de SystemShop Consulting S.L. Autor del libro ‘F de Ferretería. Manual para la Ferretería del siglo XXI‘.

Con más de 24 años de experiencia en gestión e innovación en el punto de venta, Antonio Valls es un apasionado del sector de ferretería y bricolaje.

Antonio Valls SystemShop Consulting

SystemShop Consulting S.L. es una empresa especializada en la optimización e innovación en el punto de venta (retail). Busca y da soluciones efectivas a cualquier problema: imagen del establecimiento, ‘lay out’, formación del personal, imagen corporativa, gamas de producto, negociaciones con proveedores, gestión de compras, ‘mystery shopper’, implantaciones, iluminación, rotulación y señalización, escaparates, gestión del punto de venta, indumentaria, distribución interior, decoración interior del establecimiento, lógica de funcionamiento.

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