Llegar a Paiporta es un golpe de realidad. Un mes y medio después de la trágica DANA, muchas calles de la localidad continúan cubiertas de barro, los vecinos hacen cola para conseguir productos básicos que reparte el Ejército y los servicios de emergencia siguen con una labor que, parece, se extenderá durante varios meses. Entre tanto, negocios cerrados que, en el mejor de los casos, luchan por empezar desde cero.
Ferretería Del Poble es uno de ellos. El establecimiento está situado a apenas 300 metros del ya tristemente conocido Barranco de Poyo. Cuando C de Comunicación llega a las inmediaciones de la ferretería, el paisaje de la calle lo conforman una capa viscosa de barro, trabajadores con monos blancos despejando el lodo y camiones de bomberos. Como si el tiempo se hubiera detenido aquel 29 de octubre.
El negocio está en plena fase de reconstrucción cuarenta y dos días después de lo ocurrido. Unos operarios trabajan en el interior de un establecimiento prácticamente por hacer. Las imágenes compartidas por la propia ferretería en sus redes sociales muestra la magnitud de los daños que causaron las riadas. Y, aun así, aseguran: “somos fuertes y volveremos con más ganas si cabe”.
Este caso nos revela dos cosas: por un lado, la dimensión del impacto que la DANA ha supuesto para muchos negocios del sector y, por otro lado, el nivel de resistencia, esfuerzo y compromiso de una actividad -como hemos repetido en otras ocasiones- que es resiliente como pocos.
En casi todas las vivencias que desde el área de Ferretería y Bricolaje hemos recogido durante estos días de ruta por las localidades más afectadas de Valencia, el mensaje común, en síntesis, es: “saldremos adelante, sea como sea”.
Como muestra, la extraordinaria experiencia del mayorista ferretero Julián Celda-Profesa, que nos abrió las puertas de su almacén para narrarnos cómo lo vivieron durante los peores días de la DANA y cómo han logrado entrar ya en “velocidad de crucero”. En los próximos días compartiremos más historias, desde suministros industriales hasta proveedores directamente afectados.
Que no caiga en el olvido
Desde que ocurrió la terrible DANA en Valencia, en C de Comunicación teníamos la firme convicción de que había que estar cerca del sector y, sobre todo, de las empresas –proveedores, distribución, bricolaje, ferreterías domésticas…– que se vieron especialmente afectadas. Primero desde la distancia, cuando todo era caos, y después directamente sobre el terreno.
El objetivo es doble. En primer lugar, cumplir con la labor esencial del periodismo que es, ni más ni menos, contar lo que ocurre. Y en segundo lugar, cuando con el paso del tiempo los focos mediáticos empiecen a dirigirse hacia otro lado, trabajar para que no caigan en el olvido las consecuencias que el suceso ha tenido en las empresas del sector y dar voz al trabajo incansable que se está realizando por recuperar la normalidad.
Difícil atribuirse la definición de prensa especializada en un sector si se le da la espalda y no se arrima el hombro en uno de los momentos más duros.
Porque seguramente ahora los afectados enfrenten la parte más tediosa: la de volver a poner todo en pie de nuevo y luchar con la burocracia para obtener ayudas -a buen seguro insuficientes- y lograr que los seguros compensen las enormes pérdidas sufridas en los negocios.
No nos cabe ninguna duda de que volverán más fuertes y con más ganas. Como tampoco hay duda de que C de Comunicación estará para contarlo.
Primero queriamos agradeceros vuestro reportaje de nuestra ferreteria en estos momentos tan duros. Fue devastador ver como en minutos la fuerza del agua destrozaba el trabajo de más de 30 años. Lo que no se llevó el agua quedó sepultado bajo el barro. Las perdidas son incalculables, prácticamente todo, mercancia, mobiliario, ordenadores, estanterias, mostrador, máquinas etc. etc .etc .
Pero aún asi, seguiremos luchando por volver con más ganas que nunca.
La vida nos ha puesto el contador a cero.
Al menos estamos vivos.