Reducir las operaciones con dinero en efectivo es uno de los objetivos del Gobierno, tal y como queda reflejado en el Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2021, y en el Proyecto de Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal, que actualmente se encuentra en tramitación parlamentaria.
El objetivo es luchar contra el fraude fiscal y la economía sumergida. Por ello, el Ejecutivo quiere reducir la limitación del pago en efectivo para determinadas operaciones económicas, que pasará de 2.500 a 1.000 euros, en el supuesto de operaciones entre empresarios.
Además, Hacienda avisa, y no es algo nuevo de este año, de que “las operaciones en efectivo continuarán siendo objeto de atención una vez más por parte de la Administración tributaria”. Sin embargo, este año se intensificarán.
Desde la Agencia Tributaria recalcan que “el control del dinero abonado en efectivo en el marco de las transacciones económicas suele estar muy vinculado con la economía sumergida”, y aunque es cierto que con la pandemia se han reducido las operaciones con dinero en metálico, Hacienda ha reforzado sus mecanismos de control para que la utilización de medios de pago en efectivo no facilite los comportamientos defraudatorios.
