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VIII Mesa redonda de jardín: la sostenibilidad, un problema de exceso normativo y de comunicación al cliente final

Por Alejandro CentellasResponsable de contenidos del área de Ferretería y Bricolaje

Desde hace algunos años, la sostenibilidad dejó de ser una tendencia y se convirtió en una obligación. Y de la mano de esta obligación, una profusa normativa que, como indicaron los asistentes a la VIII Mesa redonda de jardín, es cada vez más exigente, condiciona el día a día en el sector y, además, carece de armonía entre legislaciones de distintos países.

Las leyes sobre plásticos, la cadena alimentaria o legislaciones aplicables a distintos cultivos afectan directamente a fabricantes y distribución, pese a que todos ellos son conscientes de que este es el camino y de que el futuro es verde y ecológico.

Normativas sobre sostenibilidad

“En materia de normativa, al menos en lo que nos afecta a nosotros, ha sido un año de locos. Condiciona mucho la forma de trabajar: campañas, fijación de precios, promociones… Y esto no es percibido por el consumidor final”, explicó Javier Gil-Vernet, gerente de Jardinarium, en el encuentro celebrado el pasado jueves 19 de octubre en Madrid.

Un abundante desarrollo normativo que, según Ángel Jubete, director general de Flower, “supone un gasto terrible, ya que no puedes invertir en nada de futuro porque no sabes si en un año y medio o dos te lo tumbarán”. Además, Jubete coincide en que ha sido un año “de cambios normativos bestiales”.

En esta misma línea, Xavier Merino, director general de Sipcam Jardín (Vithal Garden), reconoce que “hay unas reglas difíciles de cumplir, pero que debemos cumplir”. Asume que “es difícil y caro para todos, pero las reglas hay que cumplirlas, porque si no estamos tomando malas decisiones para el consumidor”.

Además, Ricard Mulá, director de producto de NCC, considera que el consumidor “va a mantener esta tendencia sobre sostenibilidad en los próximos años”, aunque reconoce que España es, en estas cuestiones, “los primeros en implementar y los últimos en controlar”

Por su parte, Adriana Alonso, directora de marketing y comunicación de Compo, asegura que “las normas son las que son, pero el consumdor final se rige por el valor que le estás dando con el producto y es ahí donde se debe trabajar“.

Asimismo, Juan Carlos Albín, director corporativo de Estrategia de Catral Group explica que el concepto de sostenibilidad es algo “en lo que creemos y en lo que debemos creer”, y por eso su compañía, según destaca, está inmerso en un proyecto cuyos pilares son el área medioambiental, el social y la gobernanza.

¿Cómo trasladarlo al cliente final?

Uno de los puntos cruciales en torno a la sostenibilidad, y que se trató en la mesa redonda de jardín, fue el papel de las empresas para trasladar al consumidor final los aspectos de sostenibilidad incorporados en los productos de esta categoría.

Todos los asistentes coincidieron en señalar la comunicación y la coherencia como un valor clave de cara al cliente.

“Todos sabemos el problema que hay, ¿pero realmente el consumidor está dispuesto a pagar ese coste? Todo empieza por la educación, y la información no es muy clara para el consumidor final“, explicó Arantza Martínez, product manager de SBM.

En esta misma línea, Javier Gil-Vernet defiende que “el consumidor está dispuesto pagar cuando escucha un discurso coherente y creíble“, pero que en estos momentos el consumidor “no entiende nada”.

Según Xavier Merino, “el consumidor es sensible estos mensajes y a que le expliques exactamente qué supone la sostenibilidad”.

Ricard Mulá también sostiene que “va a depender muchísimo de la comunicación que hagamos hacia el consumidor para que ya sea algo de responsabilidad personal de cada uno, de elegir qué producto compramos, elegir producto de proximidad y verdaderamente sostenible”.

Incluso Javier Giménez, responsable de producto de Coferdroza, ha percibido que “el mismo proveedor tiene problemas para facilitar los datos técnicos” en torno a seguridad y normativa medioambiental. “El consumidor aprecia que un producto cumple la normativa, pero normalmente con un precio superior”.

Por su parte, Ángel Jubete considera que “el cliente final, cuando va a un garden o una ferretería, lo que está buscando es la eficacia, y cuando el producto no es eficaz no rota”.

“Lo que busca el consumidor es el origen de esta sostenibilidad y sí que se puede demostrar. Hay un trabajo previo de certificaciones, avales… y entonces es cuando el consumidor final está dispuesto a ese sobreprecio”, subraya Adriana Alonso.

También Arantza aboga por “no dar mensajes equivocados al consumidor para enmascarar que eres eco, porque el cliente eso no lo sabe”.

Por su parte, Fran Salgado,  jefe de compras de Las Rías, cree que “el problema es la comunicación y el cómo llegar al cliente final, porque se termina utilizando la palabra bio o eco como un reclamo de marketing, pero debemos llegar al consumidor y decirle lo que está comprando”.

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