Desde el 1 de septiembre, los nuevos aspiradores que se fabriquen no pueden superar los 1.600 W de potencia, tras la medida aprobada por la Unión Europea para reducir el consumo eléctrico. La mayoría de los modelos que se venden en la actualidad superan dicha cifra, aunque los que ya estén en las tiendas podrán seguir vendiéndose hasta que se liquide el stock existente.
En 2017 se reducirá aún más la potencia, que pasará a ser de un máximo de 900 W.
Por tanto, los nuevos aspiradores contarán con una etiqueta energética, al igual que ya ocurre con otros electrodomésticos (como frigoríficos y lavadoras, por ejemplo). Dicha etiqueta mostrará:
- Eficacia energética, en escala A-G. La A es la mejor categoría, con la mayor eficacia energética (consumo de energía del aspirador).
- Consumo energético anual (kWh), que se calcula mediante una fórmula estándar (una superficie de 87 m2 aspirada 50 veces al año).
- Recogida de polvo en suelos duros y alfombras. También se muestra en escala A-G, con la A como mayor recogida de polvo.
- Nivel de ruido en decibelios.
- Reemisión de polvo. Cantidad de polvo que vuelve a emitirse con el aire de escape del aspirador en relación con el que recoge el aparato. Se muestra en escala A-G.
Estas normas no se aplican a aspiradores en húmedo, en seco y en húmedo, por batería, robots, industriales y centrales de aspiración.
Como se nota que Rafael era experto como comprador de aspiradores. De acuerdo con RAFA que fue quien me compro los primeros aspiradores cuando yo estaba en BSH Electrodomesticos. Han pasado 20 años….
Me parece perfecta la decisión , ya que, equivocadamente hay muchísima gente que piensa que a mayor potencia, mayor absorción o poder de succion y no es así.