José Ángel Gómez, propietario de la ferretería salmantina Josmi, resume con naturalidad los motivos que llevarán al negocio, sin nada lo remedia, al cierre definitivo. “La edad llega, toca jubilarse y no hay relevo”, explica a C de Comunicación.
La ferretería, actualmente en traspaso, busca interesados que continúen con un negocio de más de 40 años de trayectoria en Salamanca y que, en palabras de José Ángel, “sigue funcionando en ventas”, a pesar de la competencia cada vez mayor de la distribución moderna o del comercio online.
El negocio lo pusieron en marcha él y su mujer, Milagros. Primero, en Plaza de Barcelona y después, en la intersección entre calle Guerrilleros y calle de los Ovalle.
Aquí, desde hace 25 años, permanece la ferretería, que cuenta con una superficie de unos 180 metros cuadrados y una clientela asentada de vecinos de la zona, al ser uno de los pocos comercios de este tipo en el barrio.
Con la edad de jubilación próxima para José Ángel y la falta de relevo generacional -uno de los principales motivos del cierre de comercios de proximidad-, la ferretería echará el cierre en aproximadamente cinco meses, salvo que algún interesado continúe con el legado de la ferretería salmantina.