La economía española creció un 3,2 % en 2024, según el avance del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone una aceleración respecto al 2,7 % registrado el año anterior y se da en un contexto de menor crecimiento en la eurozona.
El crecimiento ha estado impulsado por varios factores. El consumo de los hogares ha aumentado en un entorno de menor inflación, incrementos salariales cercanos al 5 % y el mantenimiento de ayudas públicas. Además, la actualización de las pensiones al 8,5 % ha favorecido un mayor nivel de ahorro.
El turismo ha alcanzado cifras récord y la hostelería ha mantenido una alta actividad, a pesar del incremento de precios. La llegada de inmigrantes ha cubierto la demanda de empleo en un contexto de envejecimiento de la población. Según la Encuesta de Población Activa, de los 468.000 empleos creados en 2024, sólo 59.000 fueron ocupados por trabajadores nacionales. Por otro lado, el consumo público ha continuado creciendo, con un papel destacado de las administraciones autonómicas.
La productividad, también al alza
El crecimiento económico ha estado acompañado de un leve repunte de la productividad tras varios años de estancamiento. Sin embargo, la inversión privada ha mostrado un menor dinamismo, a pesar de los fondos europeos y la solidez financiera de las empresas. En los últimos meses, la inversión ha comenzado a repuntar en un contexto de tipos de interés a la baja.
El PIB per cápita no ha crecido al mismo ritmo que el conjunto de la economía, debido al aumento de la población. De forma similar, el consumo per cápita se ha visto afectado por la inflación y la política monetaria.
En el cuarto trimestre de 2024, el crecimiento trimestral fue del 0,8 %, con un incremento del consumo familiar del 1% y una subida de la inversión del 2,8 %, el mayor crecimiento en tres años.