Carlos González Toledo, propietario del grupo de ferreterías Las Chafiras (Santa Cruz de Tenerife), falleció el pasado 15 de septiembre, a los 68 años de edad, tras una grave enfermedad.
Las Chafiras es uno de los negocios de ferretería, bricolaje y construcción más importantes de las islas Canarias. Fundada en 1982, la empresa cuenta con unos 13.000 m2 de superficie de venta y 20.000 m2 en almacenes distribuidos en cuatro centros.
Pero, además, Carlos González asumió la presidencia de la cooperativa canaria de ferretería Coarco, desde finales de la década de los 90 hasta el año 2005. Su figura fue muy controvertida, tanto en Coarco como en Ancofe, la central nacional de cooperativas de ferretería que también presidió (desde 2001 a 2005).
Muy avanzado para la época, en opinión de algunos; con una visión poco cooperativa, para otros, Carlos González no ha dejado indiferente a nadie. “Carlos modernizó Coarco y tuvo la visión para ello. Le costó mucho esfuerzo que sus propuestas fueran aprobadas en las asambleas”, comenta el actual presidente de la cooperativa canaria, Ángel Miguel Expósito. Para él, fue una persona muy didáctica, de la que aprendió muchas cosas.
Más compleja fue la gestión de Carlos González al frente de la ya desaparecida Ancofe. Al cese del histórico gerente de la central, Ricardo López, se le sumó -durante su mandato- la salida de las cooperativas Cofac (en la actualidad QFplus, tras su fusión con Cifec) y Coinfer. Para algunos de los responsables de diferentes cooperativas integradas en Ancofe, esto supuso el principio del fin de esta organización.
De lo que no cabe duda es que Carlos González forjó un gran negocio de ferretería, bricolaje y construcción y que Las Chafiras es todo un referente en Canarias.
Responsable principal de la muerte de Ancofe.