Los que formamos el equipo que diariamente informa de lo que pasa en el sector de ferretería y bricolaje, somos incómodos y constructivos. O así nos gusta definirnos a nosotros mismos. ¿Por qué digo esto ahora, a la vuelta del verano y al comienzo de un nuevo curso económico, político y seguramente también sanitario? Me explico:
Los últimos meses, antes del de agosto, mes vacacional por tradición, han sido convulsos para el sector. Convulsos desde la perspectiva del debate abierto sobre determinados aspectos que tienen que ver con su presente y su futuro inmediato. Temas como la concentración de la distribución en el ámbito cooperativo, la propia esencia de estas entidades con contenido social y la forma de gestionarlas, los datos que se publican desde diferentes instancias sobre la marcha del mercado o las disfunciones producidas en la cadena de valor por la subida de las materias primas o la escasez de fletes, han reclamado nuestra atención como medio especializado y, con el ánimo constructivo de siempre, hemos participado, cuando no hemos promovido el debate.
Promover el debate
La controversia que han provocado algunas de estas informaciones y opiniones publicadas en nuestros soportes, confirma que los temas eran candentes y del máximo interés para la buena marcha y el futuro del sector de ferretería y bricolaje.
Una parte del mismo ha mostrado su coincidencia de criterios con los nuestros, otra parte ha mostrado su discrepancia, a veces con gran vehemencia. Esa es la esencia del debate y lo que aporta transparencia y salud a cualquier mercado. Algunos, sin embargo, han manifestado su disgusto por que tratemos determinados temas que consideran de dominio privado o que no favorecen sus intereses.
Los “esta no es la imagen que queremos dar”, “tú qué sabrás de esto, periodista de pacotilla”, “no queremos que habléis de este tema”, “vamos a tomar medidas por lo que habéis publicado”, se han multiplicado como setas, aunque todavía no era otoño. Este ruido de sables lo hemos soportado con estoicismo profesional.
Entendemos que no todo el mundo tiene la solidez intelectual suficiente para dar la cara y contrastar públicamente lo que piensa con lo que piensan los demás. Es humano y tiene que ver, a veces, con la formación o la cultura de cada cual. Lo que entendemos menos es la cobardía de los que de forma anónima o amparándose en las sombras de su hábitat desvirtúan el debate con mentiras, medias verdades y descalificaciones a los que sí la dan y argumentan sus porqués.
Periodismo o propaganda
Somos periodistas y por tanto incómodos. Decía Georges Orwell -el autor de 1984 o Rebelión en la granja que “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Lo demás es propaganda”. Queremos lo mejor para el sector y por eso seguiremos informando y opinando de forma constructiva, a pesar de los pesares. Y también, gracias a todos los profesionales que tienen el mismo interés que nosotros por conseguir que el sector sea transparente y moderno y nos enriquecen con sus opiniones y comentarios. Y que comparten con nosotros sus inquietudes y expectativas.
En nombre de todos los que formamos el equipo -incómodos y constructivos- les deseo una feliz semana.