Sabido que nos espera más o menos una década para que renazca la actividad constructora en nuestro país al ritmo considerado sostenible -unas 200.000 viviendas anuales- todos los actores que tienen algo que decir al respecto -asociaciones sectoriales, empresas proveedoras, organizaciones de distribución, administraciones públicas, gurús…- señalan la rehabilitación o la reforma de los 26 millones de viviendas existentes como la única oportunidad para seguir generando actividad y manteniendo puestos de trabajo.
No hay foro que tenga que ver directa o indirectamente con el tema en el que no se nombre la rehabilitación como el grial que todos quieren encontrar y del que todos quieren beber. El tema da para mucho, pero en este caluroso lunes de julio solo voy a referirme a las dos formas que puede adoptar la rehabilitación de una vivienda: la reforma o “el chapú”.
La reforma requiere, entre otros, un estudio en profundidad de las acciones a realizar, una serie de permisos para ponerla en marcha, un presupuesto previo y una factura con IVA (única forma de poder reclamar ante posibles defectos). El “chapú” solo una cosa, confianza en las personas que van a llevarla a cabo. En el primer caso, todo está documentado, fecha de comienzo y fin de las obras, características de los materiales y artículos utilizados, precios detallados, permisos obtenidos, etc. En el segundo, todo es verbal, no queda rastro de nada, si acaso algún permiso obtenido a través de terceros, de tareas relacionadas con la instalación eléctrica o de gas, o un recibí por la cantidad total de la obra.
Vivimos en un país con 6 millones de parados, un IVA del 21% y una sensación social provocada por los cientos de casos de corrupción destapados según la cual solo pagamos impuestos los pringados. En este escenario, ¿qué posibilidades reales tiene la reforma frente al “chapú”? ¿tiene alguna posibilidad el comercio de ferretería y bricolaje de contribuir a romper el círculo vicioso del todo vale? ¿se puede competir cumpliendo la ley en todos sus extremos? ¿quién le pone el cascabel al gato de la rehabilitación en las actuales circunstancias?
Excelente noticia y gran reflexión, desde luego que no puedo estar más de acuerdo contigo, personalmente estos 10 años que han dado de margen los expertos creo que serian en el caso de que esto fuese un país como dios manda no lleno de chorizos por todos los lados del gobierno. La verdad es que si te paras a pensarlo va a ser muy difícil poder levantar esto con tanta intoxicación en nuestra política, como bien dices es un circulo vicioso que yo personalmente no veo salida ya que tiene un problema de base, la moralidad, y esta no existe en este gobierno.