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Navegando entre tormentas.

Navegando entre tormentas

Por José CarrascoFundador de Fersay y Azelera Formación

En los últimos años, hemos presenciado una gran cantidad de nuevas normas que convierten cada empresa o negocio en un ministerio lleno de burocracia y costes añadidos, lo que sin duda dificulta la ardua tarea de alcanzar los resultados anuales.

Así deben sentirse las empresas en general y las de más de 50 empleados en particular. Esto indica que no interesa sobrepasar ese tamaño, un umbral que, por cierto, es muy obsoleto, ya que en Europa las empresas con más empleados entran en esa misma categoría.

Desafíos adicionales para las empresas

A la multitud de nuevas normas laborales, algunas bastante insultantes, hay que añadir las reducciones de jornadas, la baja productividad y las cifras más altas de la historia en bajas laborales, así como las ampliaciones de permisos. Todo esto dificulta la gestión interna de las empresas y complica el poder ofrecer un servicio excelente a los clientes.

A pesar de todas estas nuevas complicaciones, las empresas resisten y tratan de sobrevivir como un barco en medio de tormentas. Una vuelta de tuerca más es la nueva ley del colectivo LGTBI, que incluye permisos extras y formación para saber tratar a este grupo de personas, como si el empresario no supiera que tratar bien al personal en general forma parte de sus responsabilidades si quiere que su empresa funcione.

Contrastes entre fondos europeos y sector público

En el otro lado de la balanza están los fondos europeos, que no llegan a las pymes españolas, pues el 80 % de los mismos se han destinado al sector público y al otro 20 % solo acceden las más grandes. Un sector público que no da ejemplo de buena gestión, ya que nuestro país está cada vez más endeudado, demostrando una falta total de eficiencia en la gestión, una eficiencia que sin embargo sí se les exige a las pymes.

Hay algunos datos preocupantes, como los concursos de acreedores que crecen un 50,5 % en abril, mientras que la constitución de nuevas empresas cae un 35 %, resultando en un saldo claramente negativo que nada tiene que ver con el supuesto auge de la economía española.

Incremento de costes laborales y desafíos de innovación

Los costes laborales por bajas han crecido un 74 % desde 2018, siendo el tramo entre 36 y 50 años el más numeroso, desmintiendo así lo que algunos medios de comunicación achacan a la gente mayor. Estos datos reales muestran una mentira más del “deporte nacional” que genera confusión.

En cuanto a innovación, un dato muy importante, España está ahora en el puesto 29, lo que tampoco nos ayuda a mejorar a nivel empresarial. Otro ranking es el de libertad económica, donde Madrid destaca claramente en nuestro país, mientras que Cataluña y Extremadura cierran la clasificación, demostrando grandes diferencias según comunidades autónomas.

Impacto del comercio electrónico y presión fiscal

En ventas por comercio electrónico, España está mucho más alta que otros países de nuestro entorno como Francia, Italia o Portugal, lo que debería hacernos reflexionar sobre las enormes trabas que le ponemos a las tiendas físicas. Ahora, con la reducción de jornada, muchas de ellas van a desaparecer.

En 2023, la inversión extranjera cayó un 18,7 %, demostrando que ya no confían tanto en nuestra economía. Mientras tanto, la presión fiscal sigue subiendo tanto para empresas como para los empleados, alcanzando ya el 40 % del PIB.

Algunos países como Malta, Chipre, Eslovenia o República Checa superan a España en renta, demostrando que vamos perdiendo posiciones. Otro dato preocupante es que en España, el 70% de la riqueza está en manos de personas mayores de 60 años, lo que indica que algo no estamos haciendo bien para que los jóvenes puedan progresar.

La difícil supervivencia de las pymes

Con tantos datos oficiales que demuestran lo difícil que es hoy día mantener una pyme en España (el 98,7 % del tejido empresarial), hay que felicitar a todas las supervivientes por saber navegar entre tantas tormentas y sin previo aviso, ya que las normas van cayendo en cascada, recibiendo una nueva sin haber podido todavía recuperarse de la anterior.

Normalmente, cuando no se quiere a un sector como las pequeñas o medianas empresas, solo puede esperarse algo negativo para todos. Si se tratase mejor a los comerciantes, autónomos y pequeños empresarios, nos iría mucho mejor como sociedad. Pero cuando se les trata como si fuesen delincuentes, es imposible crear la atmósfera adecuada para progresar, que debería basarse en el buen trato al equipo humano.

Si enseñas a un niño a respetar a todo el mundo, no necesitas hacerle ver tantos grupos distintos de personas; simplemente respetará a todos.

  • El que se ahoga no repara en lo que se agarra.
  • El que siembra vientos recoge tempestades.
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