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TPF: tres décadas impulsando el suministro industrial desde Burgos

Por Iván del Dedo MartínResponsable de contenidos del área de Suministros IndustrialesPor Leyre EsparzaResponsable de contenidos del área de Ferretería y Bricolaje.
Fundada en 1900 como una tienda de alimentación y droguería por Hilaria Petite, Ferretería Apezteguía se ha consolidado como uno de los suministros industriales más valorados de Navarra. Con cuatro generaciones al frente, el negocio ha evolucionado de los utensilios agrícolas a un surtido integral para profesionales y particulares, manteniendo su seña de identidad: tener de todo y entregarlo al momento.

Fundada en 1991 por Juan Arribas y Francisco Martín, TPF ha recorrido un largo camino desde sus inicios como una pequeña empresa especializada en rozas y perforaciones. Hoy, con tres centros operativos en Burgos, Aranda de Duero y Miranda de Ebro, la compañía se consolida como uno de los referentes del suministro industrial en Castilla y León, combinando experiencia, tecnología y servicio personalizado.

De un local de 60 metros a un centro de 9.000

El crecimiento de TPF ha estado marcado por una expansión constante. Apenas tres años después de su creación, la empresa abrió su primer local propio de 60 metros cuadrados, donde amplió catálogo y reforzó vínculos con fabricantes. A partir de ahí, cada etapa supuso un nuevo salto: en el año 2000, unas instalaciones de 500 m²; en 2007, un cambio a un espacio diez veces mayor; y, finalmente, el traslado al actual complejo de 9.000 m² en el polígono de La Lora, en Burgos.

Estas instalaciones, inauguradas en 2023, concentran las líneas de negocio y logística de TPF, además de un área de exposición de 4.000 metros cuadrados diseñada para mejorar la experiencia de compra y reforzar la cercanía con el cliente.

Una evolución que resistió las crisis

La historia de TPF también está marcada por etapas difíciles. La crisis del sector de la construcción en 2008 obligó a redefinir estrategias y buscar nuevas vías de negocio. De esa etapa surgió TPF Autopalas, división centrada en la venta, alquiler y reparación de maquinaria y vehículos industriales, que a día de hoy continúa creciendo en el mismo recinto que el resto de la compañía.

Pocos años después, la empresa dio nuevos pasos hacia la diversificación: en 2018 integró la firma Globalcolor, especializada en pintura, y en 2019 inauguró su delegación en Aranda de Duero, consolidando así su presencia en la región.

El cliente, en el centro del modelo

En el nuevo espacio de Burgos, cada detalle responde a una filosofía clara: facilitar el trabajo del cliente profesional. Desde la organización de los pasillos hasta el diseño visual, todo busca una experiencia fluida. “Queremos que quien venga pueda ver, tocar y comparar el producto sin prisas”, resume su gerente, Juan Arribas.

Entre las áreas más destacadas figura la de pintura, que cuenta con la marca propia Cavemax, desarrollada junto a otros cuatro socios. En el ámbito industrial, la empresa mantiene su fortaleza en herramientas de corte, abrasivos, electricidad y equipos de protección.

Además, TPF ha implantado medidas de control que han reducido en un 98 % los hurtos y ha mejorado la logística de almacén, donde cada artículo se coloca en superficie expositora, evitando la acumulación en suelo.

Más que una tienda: un punto de encuentro

Uno de los espacios más singulares del centro es su bar interno, una tradición que la empresa ha mantenido tras el traslado. El lugar funciona como punto de reunión entre clientes, proveedores y profesionales, reforzando el carácter relacional que siempre ha acompañado al suministro.

Con una plantilla en crecimiento y una red comercial que ya supera la decena de personas, TPF continúa apostando por la formación interna. “Queremos que quienes se incorporan aprendan el oficio desde dentro y puedan crecer con nosotros”, explica Francisco Martín.

Mirando al futuro

El futuro de TPF pasa por seguir ampliando su actividad y preparar el relevo generacional. La dirección confía en que las nuevas incorporaciones asuman los valores de compromiso y evolución que han definido al grupo desde sus orígenes.

Treinta años después de aquel pequeño local burgalés, TPF representa una historia de adaptación continua y visión a largo plazo. Una empresa que ha sabido crecer al ritmo de su ciudad y convertir la constancia en su principal herramienta de progreso.

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