Hablo de falta de oxígeno en nuestros ecosistemas directivos, de comportamientos viciados y repetidos, de las mismas personas saltando de unas empresas a otras sin dejar espacio a la modernización y renovación. De Hipoxia en la alta dirección. De aplicar las repuestas de siempre para problemáticas nuevas con equipos cada vez mejor formados.
Me han hablado de ello en otras ocasiones y, la experiencia reciente de un buen amigo, me lo ha vuelto a recordar. Mientras en el mundo anglosajón es muy común que los ejecutivos de alto rango cambien de industria, en España se dan particularidades que limitan esta posibilidad hasta necrosar el tejido empresarial y poner en riesgo la evolución de los diferentes segmentos económicos.
Si los cazatalentos pretenden amarrar el éxito y a los atributos requeridos habituales en estos puestos (Management, liderazgo motivacional, dirección de equipos, idiomas, manejo del Big Data, etc…) se suma la de tener un profundo conocimiento del sector, las posibilidades de tener que pescar en la competencia se multiplican de forma exponencial.
Cuando fichar en la competencia es la única posibilidad
¿De verdad en una economía tan globalizada hay que tener un conocimiento profundo del sector para poder manejarse con éxito?
En el canal tradicional fichar entre tus competidores directos en el escalafón más bajo es muy habitual, pero cuando la práctica llega hasta la alta dirección nos obliga a pedir que se abran las ventanas y corra el aire.
Para celebrar que hemos estado por Galicia un vermú en El Riba, en el centro de Lugo después de haber paseado esas murallas únicas.
