Uno de los secretos de la emblemática Ópera de Zúrich, que ofrece alrededor de 250 representaciones anuales, queda fuera de los focos. A pocos pasos del escenario, una ‘ferretería’ -o, más bien, un taller de herramientas- permite a los técnicos montar y desmontar una de las escenografías más variadas del panorama artístico mundial.
En C de Comunicación hemos sido testigos directos -y privilegiados, ya que está fuera de la vista de los espectadores- de una sala de máquinas en la que no falta detalle: herramientas eléctricas, tornillería, equipos de limpieza, herramientas manuales, discos de corte…
Todo ello, almacenado en estanterías y cajones como si de una ferretería de barrio se tratase, con las referencias marcadas por tipos y tamaños, y con una disposición perfectamente ordenada de las herramientas manuales para hacer gala de la pulcritud suiza.
Un lugar lleno de historia y de arte, en el corazón de Europa, donde la ferretería juega un papel indispensable.