Los últimos movimientos de la distribución de ferretería y suministro industrial demuestran, por un lado, el dinamismo del sector. Pero, por otro, la inquietud y el nerviosismo que se han desatado en los últimos tiempos por incorporar nuevos miembros a las organizaciones, casi de cualquier modo. Todo vale.
Ya lo conté en otra opinión hace unas semanas (‘A la caza del ferretero‘).
Ayer asistimos al, hasta ahora, último capítulo del terremoto que está viviendo la distribución: la salida de Cecofersa de un importante número de asociados, descontentos y disconformes con la gestión de la central de compras desde que Ehlis adquirió la mayoría del capital del grupo. Y este terremoto tendrá réplicas:
- ¿Se marcharán más asociados, contagiados por la actitud de sus excompañeros?
- ¿Conseguirá Ehlis integrar con éxito los suministros industriales a su organización?
- ¿En qué otra central de compras recalarán los que se han ido?
- ¿O crearán un nuevo grupo?
Las respuestas a todas estas preguntas provocarán nuevos temblores en el sector (por continuar con el símil sísmico).
También Neopro produce cierto vértigo, sobre todo, a los proveedores. Son muchos años de movimientos, muchos de ellos absurdos, de las cooperativas. De ahí el descreimiento, la falta de confianza. Si todo lo que cuentan desde Neopro se materializa, el sector avanzará. Pero tienen por delante un duro trabajo. Porque no resulta fácil aunar voluntades tan dispares hacia una estrategia común. Y porque no pueden limitarse solo a lo bonitas que quedan las cifras (de volumen de compras, de número de socios, de facturación).
¿Y el resto de cooperativas? Con Comafe y QFplus unidas en Neopro, esta nueva sociedad se convierte en la de mayor peso, por abrumadora diferencia, dentro de NCC. Y también fuera. ¿Se sumará alguna de ellas a Neopro?
Nos espera un nuevo año apasionante. Una vez más.
