En mis andanzas vacacionales de este agosto canicular me he encontrado sorpresas en las ferreterías de la periferia. Acostumbrado a transitar por las grandes urbes -Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, Sevilla…- tiendo a olvidarme de que la ferretería también se desarrolla en pequeñas ciudades y en pueblos de la periferia patria. Las más de las veces, con éxito. Otras no tanto
En cualquier caso, sorprende al periodista cómo funcionan los negocios del ramo en entornos rurales o de urbes periféricas. Lo primero que aprendí cuando empecé a escribir sobre el sector de ferretería -allá por 1984- es que no hay nada más diferente de una ferretería que otra ferretería. Hoy sigue siendo así.
Es verdad que las cadenas tienden a uniformar los establecimientos, aunque los surtidos siempre están y estarán ligados a las características de la zona donde están ubicadas. No es lo mismo estar en el centro de Madrid que en un barrio residencial. Tampoco es lo mismo una ferretería en un polígono industrial que otra en un pueblo agrícola o ganadero. Y no digamos las diferencias que hay entre las ferreterías de costa y las de montaña; o las situadas más al norte o más al sur de la península; o las insulares en general.
Algunos ejemplos
Empecemos por un caso extremo. La ferretería El Chozo, de Plasenzuela, Cáceres. Situada en la plaza del pueblo, no tiene más que una lona identificativa colgando del balcón superior del edificio. Para que te atiendan hay que llamar a la puerta -como hace la señora de la foto-. No necesitan hacer alarde de nada. Los vecinos saben dónde está y saben que les suministrarán lo que necesitan en un momento u otro.
En el centro de Málaga, una de las ciudades que mejor ha evolucionado en los últimos años, sigue abierta Ferretería El Llavín. Según Luis Arribere, gerente, es la única ferretería que queda abierta en el centro de la ciudad. “Somos un anacronismo”, declaraba hace unos días en el digital El Español de Málaga. En la foto se puede ver que el aspecto del comercio nos remite a épocas pasadas. No se ve mucho interés en causar una buena impresión al viandante. Por no tener, no tiene ni rótulo comercial.
Mucho más al norte, en la localidad cántabra de Potes, me encontré lo contrario de lo anterior. Ferretería Ceto, pegada al casco histórico y al río que atraviesa el pueblo, es ejemplo de comercio atractivo que invita al viandante a entrar y curiosear por entre los lineales de la tienda -aunque el interior peca de mucho género en pasillos demasiado estrechos-. Junto a los productos más comunes de cualquier ferretería, tiene un surtido impresionante de artículos de cestería, loza, navajas y otros propios de una zona donde la ganadería tiene gran importancia económica.
Cerca de allí, pero en la costa, en Comillas, la ferretería Isaac Gutiérrez, saca a la calle todos los artículos propios de un pueblo playero: hamacas, flotadores y sombrillas, manteniendo, eso sí, productos menos veraniegos como las carretillas. Situada en la parte más comercial de la localidad, puede ponerse como ejemplo de establecimiento que se adapta temporalmente a los condicionamientos climáticos y turísticos.
Más hacia el oeste, en la localidad asturiana de Llanes, me encontré un establecimiento de Cadena 88, Ferretería Sobrado, en un local estratégicamente situado a lado de la Policía Local. Tenía por fuera la imagen característica de la Cadena, con el rojo dominante. El interior, también renovado, bien ordenado en una superficie rectangular, muy larga y estrecha. Y una iluminación excelente. Escaparates cuidados y surtido generalista muy ortodoxo homologable a cualquier otra tienda de la Cadena.
Cierres
En el granadino barrio de La Chana, me llevé la desagradable sorpresa de una ferretería de toda la vida cerrada por jubilación. Los propietarios del local lo alquilan, aunque me temo que no será para otra ferretería. Es una historia que se repite demasiado habitualmente. Ferreterías que cierran porque no hay nadie que quiera continuar con el negocio, o porque el propietario no ha sabido o no ha querido planificar la continuidad del mismo.
Feliz vuelta al trabajo, que en las próximas semanas nos trae ferias para dar y tomar: Colonia, Eurobrico y las de Coferdroza y Cadena 88. Seguro que en alguna tendremos la oportunidad de saludarnos y cambiar impresiones.
En lo que yo conozco Asturias ( como subagente de ferretería y construcción ),puedo decir que la ferretería Sobrado de Llanes y sus propietarios son además de muy buena gente profesionales como la copa de un pino ,amen de su ferretería espaciosa sobre todo a lo largo y muy completa ,además he de decir que en todos los años que llevo de comercial de ferretería tanto en torres y Sáez como ya hace 16 años en rep Bernardo que he visto a poquísima gente con el conocimiento de compra de lucio de ferretería Sobrado.
Buenas tardes, soy Jesús el dueño de la ferretería de Plasenzuela (Cáceres)
nos hemos sentido muy agraciados que recorriendo ciudades y pueblos, hayan parado a conocernos, ojalá vuelvan por aqui para poder hacer un reportaje, de como es nuestro día a día, empezamos hace un año y desde entonces vamos poco a poco.
saludos Jesús