Los compresores de aire son dispositivos con capacidad de aspirar el aire circundante y comprimirlo a altas presiones. Por ello, Airpress España ofrece pautas sobre cómo seleccionar el compresor más adecuado según las necesidades específicas de cada usuario.
Los compresores de pistón o alternativos suelen clasificarse en función del tamaño del calderín de aire que poseen o de la presión máxima que pueden alcanzar, derivada de los movimientos alternativos de uno o varios pistones. Además, se subdividen en modelos con y sin aceite, así como en variantes silenciosas, de dos pistones, pequeñas y verticales, entre otros. Estos compresores están pensados para herramientas neumáticas en talleres pequeños o para uso doméstico.
Los compresores de tornillo o rotativos se clasifican con mayor facilidad según su capacidad de suministro de aire por minuto, su potencia nominal, y si las revoluciones por minuto del motor son constantes o variables. Esta clasificación se deriva de la naturaleza del proceso de compresión, donde los tornillos giran dentro de un espacio cerrado para comprimir el aire.
Estos compresores son utilizados en industrias como la agrícola, alimentaria, farmacéutica y constructora, donde se requiere una fuente de aire comprimido confiable capaz de generar grandes volúmenes por minuto, algo difícil de lograr con los compresores de pistón. Además, los compresores de tornillo resultan más silenciosos que los de pistón.
Usos de un compresor de aire
Para tareas como el inflado de ruedas de automóviles o bicicletas, es recomendable utilizar un compresor de pistón portátil con una capacidad de unos pocos litros y una potencia más baja, lo que lo hace lo suficientemente compacto para llevarlo consigo para uso personal. No obstante, si se trata de una estación fija donde se necesite inflar neumáticos con frecuencia o de gran tamaño, se preferirá un compresor de mayor potencia capaz de almacenar más aire entre cada uso, con capacidades de almacenamiento de hasta 100 litros.
Además, los compresores de aire también son aptos para realizar el chorreo de arena en piezas y superficies de diversos tamaños. Esta técnica resulta muy efectiva para eliminar el óxido y otras imperfecciones presentes en metales y otros materiales.
Finalmente, en el momento de utilizar un compresor para pintar es esencial que el aire comprimido esté libre de aceite para evitar manchas no deseadas en las obras. La capacidad y potencia del compresor variarán según la duración y frecuencia de la actividad de pintura. Por ejemplo, para el uso de un aerógrafo, bastará con un par de bares de presión y menos de 50 litros de aire.
En cambio, si el proyecto implica pintar una pared, se requerirán alrededor de 200 litros de aire comprimido. Para este tipo de tarea, un compresor de pistón suele ser suficiente, dado que no es habitual la necesidad de un suministro de aire muy elevado por minuto.
