Según explican desde la compañía, uno de los factores clave ha sido el incremento de la inversión en Investigación y Desarrollo.
El Grupo Stiga cerró 2021 con unos ingresos de 573 millones de euros, un 28 % más que el año anterior. Según el director ejecutivo de la compañía, Sean Robinson, en el pasado ejercicio “se registraron los mayores resultados” del Grupo, por lo que, para Stiga, 2021 fue “un año de récord“.
De hecho, para el máximo responsable de Stiga estos resultados “han marcado el comienzo de un ambicioso viaje para Stiga”, un “viaje” que, durante los próximos cuatro años, incluirá “una nueva generación de soluciones y tecnologías, una mayor digitalización de nuestros productos, inversiones en marketing, así como el desarrollo de un nuevo canal de distribución“, según figura en el Plan Estratégico de Negocio que la empresa ha elaborado con vistas a 2026.
Robinson afirma que se trata de un “atrevido proyecto”, en el que la “sostenibilidad” siempre estará presente, “para dejar patente -añade el CEO de la compañía- el máximo respeto hacia el medioambiente, las personas y el planeta”.
Claves del crecimiento de Stiga en 2021
Según explican desde Stiga, uno de los factores clave en los buenos datos presentados por la compañía fue el incremento de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). De hecho, la multinacional invirtió 15 millones de euros en este capítulo de gasto, lo que significó un aumento del 25 % en relación con el año anterior.
Gracias a esa apuesta por las nuevas tecnologías, Stiga “ganó cuota de mercado” y, según afirman desde la compañía, “el Grupo creció un 9 % en 2021 por encima de la media europea“, lo que pone de manifiesto “que estamos en el enfoque correcto -asegura Robinson- y que nuestras perspectivas son positivas de cara al futuro”.
Otro factor clave de esos buenos resultados fue “la consiguiente expansión” de su gama de productos, derivada de la inversión realizada en I+D. “La estrategia de la compañía a medio plazo -avanza Robinson- está en aprovechar esta inversión para posicionarnos en la ‘jardinería inteligente y sostenible’, evolucionando hacia la tecnología digital y conectada, con fuentes de alimentación sostenibles y características de eficiencia energética”.
La inversión en I+D se tradujo en la renovación de las plantas de producción de la compañía en Italia y Eslovaquia; y en el lanzamiento de nuevas líneas de producción especializadas (para los robots cortacésped y las baterías eléctricas) en las instalaciones principales del Grupo en Castelfranco (Treviso, Italia).
