De gasolinera a centro comercial, Servei Estació ha
atravesado por multitud de vicisitudes durante sus más de 80 años de historia.
Es, sin duda, uno de los establecimientos más emblemáticos de Barcelona: no hay
nadie en la capital que no haya oído hablar de él o se haya acercado hasta sus
puertas para buscar ese artículo imposible de encontrar en otro lugar.
Más de un libro se podría escribir y contar de Servei
Estació, una ferretería que no es ferretería, un centro comercial que no es un
centro comercial, un establecimiento, en fin, que probablemente no se parece a
ningún otro.
Su ubicación en pleno centro de Barcelona (calle Aragó), al
lado mismo de la modernista casa Batlló, de Gaudí (cuya trasera se puede
observar desde la zona dedicada a jardín exterior de Servei), le ha brindado,
sin duda, ese carácter irrepetible que no es posible encontrar, no solo en ninguna ferretería, sino tampoco en otro
tipo de tienda.
Los orígenes de Servei Estació se remontan a 1930, cuando José
Manzanares se asocia con Luis Marimón para crear Service Station, una
gasolinera de estilo americano, situada en el mismo lugar en el que ahora se
encuentra la actual ferretería, formada por el surtidor, una tienda y espacio
para la reparación y mantenimiento de vehículos. Con la posguerra tuvo que
cambiar su nombre por el de Servicio Estación y, debido a las restricciones de
combustible, entró en el mercado de las bicicletas. Poco a poco fue
diversificando su oferta. En los años 50 comenzó a incorporar todo tipo de
plásticos y tejidos y en 1965 se convirtió en una tienda multiproducto. Después
del fin de la dictadura, se transformó en Servei Estació y abrió otros puntos
de venta en L’Hospitalet de Llobregat y Sant Adrià de Besòs y, más adelante, en
Girona.
Su último gran cambio se produjo en 2003, cuando comenzó una
renovación completa del establecimiento de la calle Aragó para dotarlo de todas
las comodidades para sus clientes. Esta reforma concluyó en 2010 y supuso la
apertura de tres niveles comerciales más, la instalación de nuevas escaleras
mecánicas y de dos ascensores, además de crear nuevos espacios, como el
destinado a materiales de construcción y el de animales de compañía. Con más de
55.000 referencias, Servei Estació está reconocido como un especialista en
plásticos y en el corte de todo tipo de materiales. Durante sus más de 80 años
de existencia se ha ido labrando fama de ‘salvador’ en Barcelona, por
encontrarse entre sus paredes los productos más atípicos, casi imposibles de
hallar en ninguna otra tienda.
Sus 4.500 m2 totales se dividen en ocho plantas, cada una de
las cuales dispone de un pequeño almacén. Pero el almacén regulador se
encuentra desde hace algo más de cinco años en Granollers (Barcelona). En
total, emplea a 110 trabajadores, aunque el grueso se sitúa en la tienda de la
calle Aragó (alrededor de 90).
El tipo de cliente que acude a Servei Estació se reparte
prácticamente al 50 % entre profesionales y público en general. El perfil de
los primeros se divide entre fontaneros, carpinteros, gente del mundo del
diseño, arquitectos, decoradores de interiores y estudiantes de diseño.
Ocho plantas únicas
El reportaje completo se puede consultar en el número 20 de Cuadernos de Ferretería y Bricolaje.
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