Balance de “El Día de Tu Casa”

Las redes sociales han sido durante el fin de semana el foro de debate sobre “El Día de Tu Casa”. Que si ha sido un éxito, que si un desastre, que si los fabricantes han sido los que han vuelto a pagar la fiesta, que si mucho ruido pero pocas nueces, que si lo importante es que se haya celebrado, etc., etc.

En mi opinión, a falta de un balance económico que, en todo caso, será muy difícil de evaluar, el saldo de “El Día de Tu Casa” hay que considerarlo positivo. Por varias razones: 1. Por primera vez, el sector se ha puesto de acuerdo en promover una iniciativa común de cara al usuario final. 2. Por primera vez, también, internet ha adquirido un protagonismo singular en la promoción del bricolaje. 3. Cada operador, aunque las iniciativas han sido muy dispares, ha sumado imputs para multiplicar el mensaje. 4. Los grandes medios de comunicación –por lo menos algunos- se han hecho eco de la efemérides. 5. Los que no se han sumado a la iniciativa dudan ahora de su decisión. 6. Unos y otros coinciden en que lo importante era dar el primer paso.

Dicho esto, reconozco que la implicación de los protagonistas ha sido muy dispar, que ha fallado la comunicación dentro de las propias empresas promotoras, tanto fabricantes como detallistas y que ha faltado –más allá del logo de la iniciativa- un mensaje unitario potente. Y me ha llamado la atención la poca o nula implicación de las asociaciones que representan a los distintos colectivos profesionales. He echado en falta una participación activa de AFEB, ADFB, Agrefema, Gremi de Ferreters de Catalunya, Eskuin o Cofearfe., que podría haber servido para amalgamar y cohesionar iniciativas y para promover y condensar mensajes y propuestas integradoras.

En fin, creo que debemos felicitar al Comité AECOC de ferretería y bricolaje, que ha tenido la idea, felicitarnos por su puesta en marcha y ponernos de inmediato a trabajar para que “El Día de Tu Casa” pase de ser una iniciativa voluntarista y bienintencionada a ser una efemérides que contribuya a poner la mejora y el mantenimiento del hogar entre las prioridades del consumidor, cuando piense en rascarse el bolsillo.