Categorías: Opinión

“Y la bestia extendió sus alas …

y se elevó sobre el cielo, su sombra infinita se proyectó sobre el agua y la tierra y, por más de cien años, la oscuridad reinó sobre el planeta”. Epílogo del Apocalipsis apócrifo según San Javier.
Después de un millón de noes de mis amados clientes y del bombardeo inmisericorde de malas noticias económicas, estoy tan deprimido que invento citas bíblicas y me planteo entender las matemáticas en clave religiosa. Nuestros ancestros se inventaron a los dioses cuando las circunstancias les eran adversas e incomprensibles. Cuando un rayo descargaba miles de voltios a un neandertal o cuando todo un clan de cromañones era exterminado en un invierno inusualmente gélido y prolongado. Así estoy yo. Miro y remiro y no sé a qué aferrarme . Necesito una deidad del álgebra que me convenza. No me hablen de marianos ni de alfredos. Estoy dispuesto a licuarme los sesos y entregarme a una leyenda de las finanzas. A obedecerle sin rechistar durante evos. A alguien que me explique por qué la prima de riesgo, tan promiscua y jovencita ella –yo sé que existe hace sólo unos meses- devora cada día nuestro patrimonio, nuestros derechos e impuestos y excreta sobre el futuro de nuestros hijos. ¿Qué segunda residencia se ha comprado España para tener que financiarse todos los días? Debe ser el Tajmahal. Si es así, quiero un rinconcito agradable con hierba y el sonido del agua como banda sonora de mi existencia.
Y todo esto me pasa por vago, por dedicarle poco tiempo a la trigonometría y acreditar al número pi un adn extraterrestre. Por lo bien que se vivía de estudiante de periodismo en la Complu: mucha cafetería, pellas constantes y cañitas todo el rato en Moncloa. Pensaba que entender a Faulkner y ser cómplice de Baudelaire bastarían. Iluso. Si ya lo decía mi padre: “estudia económicas, algo de provecho”. Y aquí me tienen, un devoto cartesiano recordando sus pecados para intentar entender el advenimiento de las diez plagas de Egipto.
Como mis clientes y sus empresas, famélico y desconcertado. Un muerto de hambre más de las naciones parias de Europa. Ya se refirió Juan Iranzo en el Congreso AECOC a una denominación que ha cogido vuelo para referirse al grupo de los pobres en el Viejo Continente: GIPSI. G –Greece- I –Ireland –P –Portugal- S –Spain- e I – Italy-. Compartimos altísimos déficits públicos, necesitamos financiación interna y arrastramos una pérdida exagerada de competitividad. Cambien la última i latina por la y griega y se encontrarán con lo que piensa de nosotros la Europa todavía enhiesta: GIPSY.
Ayúdenme a que se me pase la depre con un par de síes.

Ver comentarios

  • […] que escribí un post apocalíptico en abril de 2012 –Y la bestia extendió sus alas…-, cuando los puntos de venta estaban limpios de productos, huérfanos de clientes y con los […]

  • Hola Javier,

    Leo habitualmente tus artículos.
    Suelen tener un punto de "acidez" que no suelen dejar indiferentes a nadie y que generalmente incitan a la reflexión.

    Recientemente he podido escuchar 3 mensajes que intentan ayudar a salir de la situación en la que nos encontramos:
    A nivel politico "mas europa"
    A nievel de empresa "exportar"
    A nivel personal "trabajar, trabajar y trabajar".

    Gracias por tu blog

  • Quita, quita, que antes nos llamaban los PIGS (cerdos)
    A lo mejor nos tenemos que parecer a los que llaman los BRICKS (ladrillos) que cimentarán el crecimiento futuro,que son Brasil, Rusia, India, China y Korea, aunque si nos miramos en ese espejo no sé si nos gustaria lo que veríamos...

  • MUUUUUUUUUUUY Bueno Sr Barrio.
    El hambre (de posibles clientes ) agudiza el ingenio.
    Si la crisis dura vas a acabar escribiendo como los angeles.

  • Luego de felicitarte por el magnifico artículo, voy a disentir, no por el ánimo de ello, que también sino por una enfermedad congénita que me afecta y que me han diagnosticado como "positivismo irredimible"
    Vayamos pues:
    1º has conseguido nuestra atención, cosa bastante complicada en estos días que corren que pasamos ante los instantes como personajes infectados de Walking Death
    2º La sonrisa que nos has provocado, durante la lectura, hoy no la pagas ni con la masterd card
    3º Invitar a la acción reflexiva y activar con ello las neuronas huelguistas que habitan en nuestros cerebros es más placentero que disfrutar de la chispa de la vida en una playa de ensueño tomando un refresco de cola con burbujas.

    Por estas tres razones, disentimos y convenimos en darte las gracias, con la sonrisa que nos ha provocado tu tan bien elaborado artículo.

    Bienaventurados los sonrientes y positivos porque ellos, aunque se van a morir igual que los feos, lo harán de la manera más saludable posible.

  • No se queje usted de la falta de respuesta. La gente no tiene fuerzas ni para abrir la boca. Estamos en manos de los dioses del gran capital, que suelen ser inmisericordes con los simples mortales. Mientras doña Merkel, dama de plomo adalid de los banqueros alemanes, no levante su romo y nada lindo pie del cuello de los países gypsies, la cosa está j.... (chepuda). Yo creo que lo hará cuando constate, con el natural alborozo, que los gitanos compran cada vez más coches alemanes.

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Etiquetas: Aecoc

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