Con la situación originada por el COVID-19, Ferretería Deusto, de Bilbao, ha pasado de un autoservicio de 250 m2 a la venta y atención personalizada, para lo que ha contratado una persona más. “Tenemos que superar esta crisis con imaginación y siempre mirando adelante”, asegura Carlos Gómez, propietario de esta empresa fundada en 1974.
Precisamente para ofrecer un mejor servicio a los clientes que estos días acuden a la ferretería, Carlos decidió ir contracorriente e incrementar su plantilla con un empleado más, por lo que ahora son cinco personas las que atienden a los usuarios. Así, “el cliente pasa el menor tiempo posible en la tienda, porque le atendemos más rápido, está mejor asesorado y no manipula el producto”.
Ferretería Deusto volvió a abrir sus puertas el pasado 4 de mayo, cuando el Ministerio de Sanidad autorizó la apertura del pequeño comercio, con cita previa. “Las ventas han sido muy buenas hasta ahora”, reconoce Carlos. Esta ferretería ha incorporado rigurosos protocolos de limpieza y seguridad. Por ejemplo, en el duplicado de llaves y mandos, estos se desinfectan antes y después de realizar las copias. “Así el cliente se queda más tranquilo y nosotros, también”.
“Igual hay que volver a la esencia de la ferretería, pero adaptándola a los nuevos tiempos”, cuenta Carlos, que quiere lanzar un mensaje positivo al sector: “Hemos pasado muchas crisis y todas hay que superarlas”.
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Esta actitud innovadora y positiva es lo que se necesita para remontar la situación. En mi opinión, muchos clientes han redescubierto la ferretería de barrio y la atención personalizada como consecuencia del confinamiento.