Una década después de abrir sus puertas en Cartagena, Ferremart se ha consolidado como uno de los suministros industriales de referencia en la Región de Murcia. Lo que nació en plena incertidumbre económica como un proyecto personal de Javier Martínez, tras cerrar una etapa en el sector de la madera, es hoy una empresa con identidad propia, dos líneas de negocio bien definidas y una hoja de ruta clara hacia la digitalización y la excelencia en el servicio.
De la soledad del inicio a la fuerza del propósito
Los primeros días de Ferremart no fueron fáciles. Javier Martínez, su fundador y actual gerente, recuerda aquellos inicios como una mezcla de ilusión y vértigo. Con experiencia en el sector de la madera, decidió emprender en un terreno nuevo, convencido de que en su entorno faltaba un suministro especializado en herrajes y herramientas para carpintería.
El segundo día de apertura se convirtió en símbolo de su trayectoria. “Era sábado y no entró nadie. Estaba con mi mujer y la vi derrumbarse. Esa imagen no se me olvida”, recuerda. Aquella escena, tan dura como reveladora, fue el impulso que consolidó una convicción: el propósito de construir algo que mereciera la pena, incluso cuando parecía imposible.
Ferremart nació así, entre el silencio del segundo día y la determinación de seguir adelante. Con esfuerzo, confianza y una mentalidad abierta al cambio, la empresa fue ganando terreno y clientes, siempre fiel a una idea: crecer desde la especialización y el servicio personalizado.
Una empresa que crece con su entorno
En apenas unos años, lo que empezó como una ferretería orientada a carpinteros y pequeños talleres evolucionó hacia un modelo más amplio, con dos áreas principales: ferretería y bricolaje para particulares (B2C) y soluciones industriales dirigidas a empresas.
Ese paso supuso también una transformación en la forma de trabajar. Ferremart apostó por procesos más eficientes, digitalización y una gestión moderna basada en datos, sin perder el trato cercano que caracteriza al suministro local. “Queremos vender experiencia, no solo producto”, resume Martínez.
La apuesta por la profesionalización interna y la mejora continua ha llevado a Ferremart a posicionarse como un proveedor estratégico en su región, con un enfoque que combina innovación, proximidad y conocimiento técnico.
Romper clichés y atraer talento
El camino hacia la consolidación también ha venido acompañado de reflexión. Javier Martínez considera que el sector vive un momento decisivo, en el que es necesario transformar tanto la imagen como la estructura de los suministros industriales.
“Tenemos que dejar atrás la idea de que somos simples ‘cacharrerías’. Debemos modernizar nuestros espacios, hacerlos más visuales, digitales y atractivos para que las nuevas generaciones quieran formar parte de ellos”, apunta.
Esa visión va más allá de la tecnología: implica repensar los horarios, los procesos y la forma de relacionarse con el talento joven. En definitiva, hacer del suministro industrial un entorno capaz de inspirar futuro.
Diez años después: una historia con propósito
Al mirar atrás, Ferremart puede resumir su historia en tres palabras: esfuerzo, transformación y propósito. Diez años después, el pequeño negocio familiar se ha convertido en un proyecto sólido, con proyección y raíces firmes en su entorno.
“Nos sentimos orgullosos de lo que hemos construido desde cero. Hemos pasado de la soledad del comienzo a formar parte del tejido industrial de nuestra región”, afirma Martínez.
Y aunque han cambiado los números, el tamaño y la estrategia, hay algo que sigue intacto: aquel compromiso que nació el segundo día, cuando el silencio del local se transformó en la promesa de un futuro por conquistar.
