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Ferretería Furriols: un legado ferretero que empezó con unas cuerdas

Por Iván del Dedo MartínResponsable de contenidos del área de Suministros Industriales

En el corazón de Vic (Barcelona), una ciudad que se reconstruyó tras el paso de los musulmanes, que destruyeron la antigua ciudad de romana de Ausa, se alzó Ferretería Furriols, un negocio que ha a resistido el paso del tiempo, aunque actualmente se encuentra en otra ubicación a las afueras de la localidad.

Con más de un siglo y medio de historia, esta ferretería familiar no sólo ha sido testigo de los cambios en el mundo, sino que también ha sabido adaptarse y mantenerse relevante en un mercado cada vez más competitivo. Su historia está entrelazada con la de la ciudad, incluyendo una anécdota curiosa.

Su ubicación siempre ha estado en la Plaza Mayor, pero como cuenta a C de Comunicación Josep Furriols, actual gerente, a lo largo de los años ha sido conocida con varios nombres: Plaza de la Constitución (no la actual) en 1861, Plaza de la República en los años 30 y Plaza del Caudillo durante la dictadura. “Y seguro que algún nombre más ha tenido”, asegura Furriols.

De las cuerdas a los clavos

Los orígenes de Furriols no se encuentran en una ferretería, sino en un negocio de cordelería. A principios del siglo XIX, los antepasados de la familia se dedicaban a la venta de cuerdas. Con el tiempo, este oficio evolucionó, y uno de sus descendientes se convirtió en latonero y clavetero.

Fue esta transformación la que, poco a poco, llevó al negocio hacia la compraventa de productos de ferretería. En 1898, la ferretería ya vendía cerraduras y clavos, pero también ofrecía servicios de reparación de lámparas de latón de iglesias. Una evolución constante que muestra cómo el negocio ha sabido adaptarse a las necesidades de cada época.

Adiós a la ubicación histórica

La adaptación ha sido clave para la supervivencia de Furriols. En 2006, la ferretería tomó una decisión clave: trasladarse de la emblemática Plaza Mayor que había visto toda su evolución a un polígono industrial. Aunque algunos clientes y vecinos pensaron que estaban “un poco locos”, este cambio permitió mejorar la logística y ofrecer un amplio estacionamiento para los clientes profesionales, destaca Enric Furriols, responsable de desarrollo de negocio e inovacción.

Josep Furriols en la antigua localización de Ferretería Furriols.
Josep Furriols en la antigua localización de Ferretería Furriols.

La antigua ferretería, con sus pasillos de madera, cajones y objetos colgados del techo, era un lugar con encanto. Al desmontar el mostrador, encontraron un trozo de periódico de 1936, un testimonio de la larga historia del local.

Además del cambio de ubicación, Furriols ha tenido que adaptarse a la competencia de grandes almacenes, el comercio online y las nuevas regulaciones. La pertenencia a la cooperativa QF Plus, explican Josep y Enric Furriols ha sido fundamental para afrontar estos retos. Actualmente, la digitalización es una prioridad, con el objetivo de mejorar su página web para competir en el mercado online.

Valores y filosofía: confianza, proximidad y buen trato

Los valores de Ferretería Furriols son el pilar de su éxito. La confianza, la proximidad, el buen trato y el trabajo en equipo, explican, son fundamentales en su día a día. Unos valores que aplican a clientes, trabajadores y proveedores.

Tanto Josep como Enric subrayan la importancia de trabajar con marcas reconocidas, aunque no sean las más económicas, porque ofrecen buenos resultados.

La historia de Furriols continúa con la sexta y séptima generación trabajando conjuntamente. Enric y Claudia, su hermana, son la séptima generación, y trabajan junto a su padre y tres tíos, la sexta generación. Este relevo generacional no está exento de desafíos, comentan, con la digitalización como el reto el más importante.

De izquierda a derecha: Claudia, Enric y Josep Furriols.
De izquierda a derecha: Claudia, Enric y Josep Furriols.

La formación, el gran desafío

Uno de los principales desafíos de Furriols es la dificultad para encontrar personal cualificado, como el de tantos otros negocios. Ante esta situación, han optado por buscar personal con ganas de trabajar, invirtiendo en su formación y desarrollo. La ferretería se esfuerza por formar a su personal, ya que no existe una formación profesional específica en este sector. También son conscientes de la necesidad de ser proactivos, ofreciendo nuevas referencias y soluciones a sus clientes, anticipándose a sus necesidades.

Historias que dan vida al negocio

La historia de Furriols está llena de anécdotas que dan vida al negocio. Una de las más destacadas es la de un cliente que ha sido atendido por cinco generaciones de la familia. Este cliente recuerda haber sido atendido por el bisabuelo de Josep y, por ende, por su abuelo y su padre. Su trayectoria como trabajador desde los 14 años le ha permitido coincidir con cinco generaciones de la ferretería.

Ferretería Furriols es un legado familiar que ha sabido equilibrar tradición e innovación. Mantener la esencia de quienes son, sin dejar de adaptarse a los cambios y ofreciendo un servicio personalizado. Como ellos mismos reconocen, “no se vive de la tradición”, sino del trabajo diario, la adaptación a los cambios y la búsqueda constante de la satisfacción del cliente.

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Toni
Toni
26/12/2024 16:24

Una saga familiar envidiable que representa perfectamente la esencial del mercado ferretero tradicional adaptándose a los nuevos retos.
Os felicito !!!

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