Durante los casi 45 años de historia de Rafael Vallés Arándiga, S.L., la empresa se ha ido adaptando a las necesidades de los profesionales de la construcción. Recientemente ha renovado su imagen corporativa, que incorpora una hoja de roble, mediante la que simboliza la calidad y la durabilidad de sus productos.
Rafael Vallés Arándiga, S.L. nació en 1973 para satisfacer de forma rentable las necesidades de los clientes relacionados con la escayola. Tras más de 40 años de historia, esta compañía ha definido su negocio bajo dos líneas de actuación.
La primera, derivada de sus orígenes, se centra en la fabricación de maquinaria encaminada a la transformación de la escayola en productos para la construcción de viviendas. Y la segunda, y en la actualidad la más importante, se basa en la comercialización y fabricación de productos orientados a los profesionales de la construcción.
La actividad que realmente define a Rafael Vallés Arándiga, S.L. como empresa, en su conjunto, es la línea de productos enfocados a los profesionales de la construcción, de la cual, se diferencian dos grandes grupos: consumibles y herramientas.
Los consumibles van destinados a la construcción de falsos techos y tabiques, como cuelgues, fijaciones y anclajes, accesorios, cintas o trampillas.
El segundo grupo pertenece al de las herramientas, entre las que se encuentran herramientas de mano empleadas por escayolistas, yeseros, albañiles y plaquistas y utillajes específicos para los albañiles como reglas, pasteras, legones o escuadras.
La empresa, además de fabricar, también comercializa, adaptándose así a las necesidades del mercado.
La tipología de clientes con los que trabaja Rafael Vallés Arándiga, S.L. ha evolucionado desde sus orígenes hasta la actualidad. Se estructuran en los siguientes grupos:
- Fábricas de productos derivados de la escayola y almacenes de construcción.
- Grupos de compra como Bigmat, BdB, Divendi, Ibricks, Coinfer, Magatzem.
- Gran distribución como Leroy Merlin, Bricomart y Distriplack Wanner.
- Marca propia en diferentes empresas del sector.
Una de las principales directrices de este fabricante es la de procurar que los clientes vean en Rafael Vallés Arándiga, S.L. una empresa que les proporciona productos de alta calidad con un valor real y duradero. “Nuestro empeño es conocer las necesidades de nuestros clientes hoy, mañana y las de un próximo futuro”, explican desde la compañía.
Un cuidado proceso de fabricación
Rafael Vallés Arándiga, S.L. enfoca sus procesos productivos en la transformación de materias primas derivadas del acero (alambre, fleje, tubo soldado, chapas, laminados), del plástico (planchas o granza) y del aluminio (perfiles y, en menor medida, fleje), así como el ensamblaje de componentes.
Los materiales son procesados en áreas específicas adecuadas a la tipología de la materia prima y al producto final elaborado; todos ellos, con certificado de calidad, los cuales aseguran un buen resultado en el producto terminado. Todos los procesos de fabricación están seguidos por fichas técnicas por control de calidad y tiempos de fabricación.
“Somos conscientes que la evolución de los últimos años nos exige mayores esfuerzos en los servicios y los avances tecnológicos. Muchos de nuestros productos se fabrican mediante robotización. De esta manera, se obtiene un óptimo resultado en la fabricación y acabado del producto. La robotización nos ofrece regularización de calidad y de producción”, aseguran los responsables de la firma.
Todos los artículos se distribuyen debidamente envasados, precintados y flejados con sus respectivos modelos de envases. De esta manera, llega al cliente toda la gama de productos en perfectas condiciones.
Red comercial
Rafael Vallés Arándiga, S.L. se expande a través de todo el territorio español. Las zonas de acción de Levante, Castilla-La Mancha e islas son gestionadas por Damián Samper, jefe de ventas de la Comunidad Valenciana, y el resto del territorio peninsular, por Antonio Ballester, director comercial. A su vez dispone de agentes multicartera que realizan la gestión de visitas y recogida de pedidos en las Islas Baleares y Canarias.
Pero, además, este fabricante nacional también exporta. El comercio exterior supone el 10 % de su facturación y se centra, principalmente, en Portugal, donde se trabaja una red de clientes bastante amplia, y puntualmente en Marruecos y Argelia.
El reportaje completo se puede leer en el número 47 de Cuadernos de Ferretería y Bricolaje.
