Las grandes compañías a menudo convergen en sus estrategias. A veces, por explorar una tendencia detectada y ver hacia dónde les lleva; otras, por verdadero convencimiento. Ikea y Lidl son un ejemplo de esta puesta en marcha de proyectos similares. Y es que ambas han abierto tiendas que nada tienen que ver con su núcleo del negocio.
Primero, Lidl inauguró un punto de venta Parkside en Hungría. La marca de herramientas de la cadena alemana de supermercados ya se “independizó” de Lidl hace casi dos años, al menos, de manera online. Vamos, que Parkside tiene página web propia, donde apenas aparece Lidl, desde 2023 (aunque desde la web de Lidl también se pueden comprar productos Parkside). Reconozco que, cuando vi esta estrategia, pensé que el siguiente paso consistiría en implementar en los supermercados lineales permanentes de sus herramientas. Pero me equivoqué: en lugar de un paso, Lidl dio el salto a abrir un establecimiento exclusivo de Parkside.
Y hace unas pocas semanas, Ikea también hizo lo propio con sus famosas albóndigas suecas e implantó en Londres su primer restaurante “independizado”, es decir, sin estar ligado a ninguna de sus tiendas.
¿Por qué Ikea y Lidl han podido desarrollar esta estrategia?
- Ambas han construido una marca fuerte y muy reconocida por los clientes.
- Han conseguido que los usuarios confíen plenamente en sus productos y propuestas. La percepción general de los consumidores es que se trata de dos marcas de calidad a precios justos.
- Las dos destacan por lanzar productos de diseño cuidado. Esto resulta más evidente en Ikea. Pero tampoco te pierdas los diseños de ropa y accesorios de Lidl (de un gusto estético totalmente diferente al de Ikea, pero que han conseguido su público).
- La comunicación que realizan las dos marcas es brutal. Creo que todos tenemos grabados sus eslóganes: Bienvenido a la república independiente de tu casa (Ikea). Marca la diferencia (Lidl).
- Han desarrollado productos icónicos, muy reconocibles por el gran público. Las estanterías de nombres impronunciables de Ikea o el famoso robot de cocina de Lidl.
- Son dinámicas y detectan rápido las necesidades de los consumidores. Incluso crean tendencia.
Con estos ingredientes, y muchos más, son capaces de salirse de su corazón original de negocio para explorar otras alternativas. Ignoro si estas propuestas tendrán éxito o no. Algo me dice que las tiendas Parkside disponen de recorrido futuro, al menos, en el norte de Europa. Y no me extrañaría que los restaurantes de Ikea también.
Pero da igual si funcionan o no. La clave de estas compañías consiste en su espíritu de innovación constante, de probar cosas nuevas, de no apalancarse en lo de siempre. Esta filosofía basada en la innovación y en la búsqueda de las mejores propuestas para sus clientes es la que todos debemos copiar.