Leo en un blog sobre distribución en el Reino Unido el siguiente titular: “Tesco presiona a los proveedores para que bajen los precios“. Tesco es una de las cadenas de supermercados más grandes del mundo. Al parecer, los responsables de Tesco mantuvieron una reunión con sus principales proveedores en la que les solicitaron que trasladaran las bajadas de los costes logísticos, del precio de la energía, etc., al precio final de sus productos. Y cito textualmente: “los proveedores que no presenten una propuesta a Tesco corren el riesgo de perder el negocio y que les den de baja”. ¿Os suena?
Al final va a resultar que Obramat es un pionero y que marca tendencia en esto de querer que los proveedores revisen a la baja sus precios para abaratar el PVP. Sobre las diferentes acciones de Obramat para que las marcas bajaran precios ya opinó nuestra compañera Ángeles Moya esta misma semana, en un artículo que levantó gran revuelo. No por el hecho en sí, que puede ser hasta razonable, sino por la manera en que Obramat presionó a los proveedores.
La gran distribución posee una fuerza descomunal de negociación, que aprovecha, por supuesto, en su favor. Nada en contra. Probablemente todos actuaríamos igual. Ellos argumentan que piensan en sus clientes, en que el coste de la vida ha subido tanto que necesitamos revertir la situación por responsabilidad social. Imagino que intentan adelantarse a futuros descensos en el consumo, provocados por esa menor capacidad adquisitiva. Especialmente, en aquellas actividades menos esenciales (la alimentación es absolutamente esencial), como la reforma. Que las decisiones de renovar los hogares no se retrasen por motivos económicos.
Y eso está genial. Hasta loable, diría yo. Dos únicos “peros”:
- Que se revise de manera personalizada cada caso, cada proveedor y, si me apuras, cada referencia.
- Que, por su parte, los grandes distribuidores cumplan con la legislación de pagos a proveedores y no se “agarren”, en España, a cláusulas dudosas para dilatar los pagos hasta los 120 o 180 días. Pagar en plazo también supone una responsabilidad social.
Marta Jiménez
Pues a ver Marta, con noticias como la que publicásteis el pasado 17 de Julio en el resumen del Foro de Verano AFEB y donde sin mayor explicación decía:
“Los márgenes aumentan o se mantienen estables, y se espera un incremento al cierre del año………”
…………ya estaríamos tardando. En mi opinión, ha faltado decir que muchos fabricantes, si bien subieron sus precios, no lo hicieron en la medida en la que subieron sus costes, por lo que la “presunta” mejora del margen no viene sino a compensar la pérdida sufrida durante muchos meses.
Gracias, Enrique, por unirte al debate. Ángeles, en su opinión, ya comentó lo que indicas.
Marta, sólo un apreciación sobre lo que comentas en tu interesante artículo: los grandes (y pequeños) distribuidores (al menos los que estamos en ADFB) cumplimos con la legislación de pagos a proveedores, especialmente en lo referente a las garantías establecidas en los acuerdos de pago en plazos superiores a 90 días.
El plazo de pago es un elemento comercial más, como el precio, los rápeles por consumo, etc. y que está muy bien regulado en la legislación española para evitar abusos, comunes en otros sectores.
Muchas gracias por tu comentario, Guillermo. No obstante, el plazo de pago legal establecido es de 60 días y no se puede ampliar por acuerdo entre las partes, si no estoy mal informada. ¿Por qué esto es diferente para algunas empresas? ¿En qué aspectos legales está amparado el hecho de que se pueda pagar a más de 60 días?
Por una vez, y sin que sirva de precedente, estás mal informada…
En España, para los sectores de baja rotación (e.d. no gran consumo) se permite ampliar el plazo, previo acuerdo entre las partes, a 90 días (con documento cambiario) o a mayor plazo (con garantía irrevocable de cobro).
Sólo pueden pactar pagos a un plazo superior a 90 días aquellas empresas que utilicen un sistema de pago (p.e. confirming no revocable) que garantice su descuento y el cobro bajo cualquier circunstancia.