El título es raro. Pero lo vas a entender enseguida. Hay dos palabras que empiecen por la vocal ‘i’ que resultan imprescindibles (también con ‘i’, ¿no pensarás que es casualidad?) en cualquier empresa. Y en cualquier ámbito de la vida, diría yo.
Me refiero a innovar e interactuar. Dos palabras que salieron una y otra vez ayer, durante la mesa redonda intersectorial que organizamos en C de Comunicación con empresas de los sectores ferretero, logístico, cárnico, bicicleta y material eléctrico.
Ambas palabras se encuentran interrelacionadas (cuántas ‘íes’). Porque sin interacción entre los miembros de los equipos, la innovación resulta mucho más difícil. Y sin innovación, las empresas se mueren.
Pero esto, ¿cómo se conjuga con el teletrabajo? Complicado. Porque las reuniones virtuales solo representan una ínfima parte de las interacciones. Las relaciones más fructíferas se forjan durante los contactos informales (más palabras con ‘i’). Esos que se dan frente a la máquina del café, en los pasillos. Si me apuras, hasta en el baño.
Ojo, que no digo que el teletrabajo no sea positivo. Que lo es, especialmente en las grandes ciudades y en determinadas situaciones. Las herramientas digitales nos han facilitado mucho la vida y el trabajo. Cómo encajarlo con las necesidades de empresas y de clientes (no nos olvidemos de nuestros clientes) es lo complejo.
De lo que no cabe duda es de que los encuentros en persona funcionan. Que se lo digan a los equipos comerciales que se mantienen a pie de calle y en contacto directo con los clientes.
