Eso es lo que parece que se avecina para el primer trimestre de 2023. A pesar de la bajada del precio de algunas materias primas.
Ayer, hablando con un distribuidor, me expresaba su preocupación por los posibles incrementos de tarifas que aplicarán los proveedores en las próximas semanas. Porque los fabricantes, en su planificación, hicieron acopio de materias primas hace meses, cuando los precios de estas se situaban por encima de los actuales. A esto se añade, claro, el aumento de los costes energéticos.
Y también me contaba que esta situación favorece a aquellos que, en su stock, disponen de productos adquiridos en momentos de precio más bajo.
La distribución lleva tiempo “peleando” con estas circunstancias. En 2020 y 2021 el precio no era importante. Lo esencial consistía en contar con producto sí o sí, porque, en caso contrario, perdías ventas.
Ahora, en cambio, y debido a la inflación y a la incertidumbre que lo impregna todo, el precio vuelve a ser un factor de decisión de compra. De nuevo, toca mantener el equilibrio entre stocks y previsiones de compra.
Marta Jiménez
