Los dos grandes retos a los que nos enfrentamos las empresas hoy consisten en el demográfico, con muchas jubilaciones a falta de relevo generacional, y el de la búsqueda de nuevos talentos.
Nuestra pirámide poblacional lo expresa claramente: somos una sociedad envejecida, que en los últimos años ha tenido una progresiva reducción de la población en edad laboral. Y parece que en el futuro a corto plazo la situación tampoco va a mejorar. Así que, en un momento en que la demografía cae y existe una mayor demanda que oferta, las empresas tenemos que realizar un esfuerzo para seducir y resultar atractivas a los candidatos y candidatas que necesitamos. Es preciso que afinemos nuestra estrategia para atraer y retener al talento, y contribuir así al relevo generacional y al rejuvenecimiento de nuestras plantillas con perfiles técnicos cualificados, tanto universitarios como de Formación Profesional.
El talento, los talentos, que buscan las empresas suelen ser variados, con competencias diferentes para cada puesto, con unos perfiles que aglutinan la inteligencia, las capacidades técnicas, la aptitud, la actitud y valores como el esfuerzo o el compromiso. Las empresas necesitan distintos perfiles, y tenemos que buscar el talento en cada uno de ellos. Porque todos tenemos habilidades diferentes y únicas, así que no hay un solo talento, sino talentos en plural, adecuados a cada puesto.
Conquistar talentos
Por eso, es importante transmitir qué clase de empresa somos y lo que ofrecemos a los candidatos y candidatas. Necesitamos seducir a estas personas. Y, para eso, es preciso realizar un trabajo previo, que nos conozcan, que sepan quiénes somos, acercándonos a la Universidad, a los centros de Formación Profesional, y estar en aquellos foros donde se hallan los jóvenes para charlar con ellos en primera persona y tener nuestras puertas abiertas a sus dudas.
Las empresas deben tener una visión integral de la gestión del talento, no sólo en la atracción de las personas, sino también en la parte de desarrollar y hacer crecer a las personas en su ciclo profesional. Hay que situar en el centro de la organización a la persona e implantar y mejorar los aspectos clave de la relación empresa – persona; trabajar en el aprendizaje continuo, las conversaciones de desempeño, en la comunicación, en el propósito compartido, en la promoción y la gestión de oportunidades, en los itinerarios de desarrollo, en la flexibilidad y en la conciliación.
Esta visión integral hace que el atractivo de la empresa sea mayor, no sólo por su posicionamiento empresarial, sino también por su visión de la importancia de las personas en la organización.
Las empresas debemos trabajar por buscar personas, jóvenes, con actitud y aptitud: con Talentos. En mayúscula y en plural.
