Llevo bastante tiempo reclamando cambios en el ámbito de los suministros industriales. Mientras que la ferretería generalista se ha vertebrado en los últimos años en torno a operadores como Ehlis, Cofan, NCC, el resto de cooperativas, El Sabio, Ferbric, etc., y se han desarrollado cadenas de venta con visibilidad suprarregional o nacional, los suministros se han mantenido en una situación de stand by larvado seguramente por factores como la pandemia del Covid.
También por otros factores internos propios de un sector anclado en prácticas del siglo XX. Organizaciones de compra con asociados muy independientes, con escasas ambiciones de desarrollo y lastrados por personalismos y criterios de autonomía mal entendidos.
Pero en los últimos meses se han producido una serie de acontecimientos en el sentido que ya se anunciaba cuando Comafe presentó el proyecto EISEN. El gran detonante fue la compra de Cecofersa por parte de Ehlis, que supuso el aldabonazo que definitivamente hizo reaccionar al colectivo.
Nace Industrial Pro, liderada por Cristina Menéndez -hija del anterior propietario de Cecofersa, Balbino Menéndez, que atrae a unos cuantos socios de Cecofersa que no ven clara la nueva situación derivada de la compra por parte de Ehlis. El proyecto tiene detrás al grupo británico Troy Uk.
Aside y Gesin reaccionan enseguida con conversaciones tendentes a lograr un acuerdo de colaboración -incluso de una posible fusión-. No prospera y Gesin acomete el relevo de Roberto Álvarez -que se jubilará en fecha próxima- como gerente. Por su parte, Aside ficha a un director comercial, Luis Hernando Berasaluce, -figura inexistente hasta el momento- para potenciar el negocio del grupo.
Mientras tanto, Rubix se destapa con la compra de Madriferr, con la que negociaba hace tiempo, y que hace temblar las costuras en Aside y en Comafe, de las cuales Madriferr es socio.
La cooperativa Synergas y GCI también hacen movimientos para recolocarse en el nuevo escenario que se me antoja incierto y resbaladizo, pero que es fiel reflejo de los retos a los que se enfrenta el canal industrial. Entre otros, el de la competencia del grupo Adeo a través de Leroy Merlin Pro y Obramat; los proyectos profesionales de Bauhaus y Brico Dêpot, todavía incipientes y, por supuesto, la venta online.