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Mi cooperativa zombi (2)

Por Juan Manuel Fernández

Podéis llamarme Juan. La semana pasada comencé a contaros la historia de mi cooperativa, de cuyo nombre prefiero no acordarme. Si habéis leído la primera parte de la historia (Mi cooperativa zombi 1) recordaréis que nos quedamos cuando empecé a ir con mi padre a las asambleas y a diferentes reuniones de compras y entendí que formábamos parte de una entidad zombi, que caminaba sin rumbo. Le propuse irnos, pero pudo más el corazón que la cabeza y seguimos. Y respeté la decisión paterna de no meternos en líos e ir a lo nuestro. Eso es lo que hemos hecho durante estos últimos años, aprovechar el almacén y ciertas promociones y asistir como espectadores resignados al devenir de la cooperativa.

Durante este tiempo, he visto cómo progresaba la desafección de otros socios proporcionalmente al desapego que mostraba la cooperativa con nosotros. Nunca, literalmente nunca, ha pasado por nuestro establecimiento ningún director comercial o comprador para interesarse por nuestro día a día, y mi caso no es aislado. He visto crecer nuestra estructura pero no la calidad de los servicios que nos presta. Los sobrecostes -por encima del 7%- de esta estructura han disminuido nuestros márgenes en la misma proporción y me han obligado a buscarme la vida directamente con los proveedores -bastante de los cuales, también hay que decirlo, se frotan las manos al ahorrarse el trágala de unos rápeles cooperativos que consideran abusivos-.

Me han llenado la cabeza de “marca propia” y también los lineales. En ambos casos -salvo excepciones- he salido escaldado debido a los cambios de marca y a la muy mejorable calidad de los productos adquiridos. Tengo todavía en el pequeño almacén de la tienda, herramientas de hace 10 años. Cada cierto tiempo hago alguna promoción y ni por esas me las quito de encima.

Con todo, lo peor es la sensación de estar embarcado en una nave sin capitán ni piloto. Hoy con estos, mañana con aquellos, hoy azul, mañana verde y pasado naranja. Es verdad que la masa social no ayudamos. Yo, por desidia; otros, por no estar de acuerdo nunca con nada de lo que propone la gerencia o por decir blanco por la mañana y negro por la tarde.

He leído los comentarios de los colegas al post de la semana pasada y estoy de acuerdo con ellos que, sin el paraguas de la cooperativa, muchos no habrían sobrevivido, pero hoy no se trata de sobrevivir, sino de recuperar nuestro sitio en el mercado de proximidad y de aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece el mercado. Si mi cooperativa diseñara un plan estratégico de largo recorrido en el que las ventas y el consumidor fueran lo importante, si se aliara con nuestros iguales, si pusiera al mando a un equipo gestor competente y le dejara trabajar en base a unos objetivos claros y ambiciosos, posiblemente recuperara la fe en mi cooperativa y dejara de sentirme un “caminante” más del colectivo zombi.

Disculpad mi sinceridad -necesitaba compartirlo con alguien-, pero me sorprendería ser el único que está frustrado con su organización.

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Victor alvarez
Victor alvarez
01/09/2020 19:27

Hola Juan! Muy interesante todo lo que nos cuentas. Este tema tiene bastante gancho por lo que seguro que nos vuelves a hablar en otro articulo. Muchas gracias por la informacion. saludos

Jesús Ortiz
Jesús Ortiz
17/05/2017 17:37

Estoy asociado a una cadena privada, antes de asociarme, tuve contactos con dos cooperativas pensando que era la mejor solución y la respuesta fue fría y distante, además de ver una organización, que tenia mucho que desear, en particular una de ellas que visité, suciedad,desorden no apetecía entrar allí.
Estoy hablando de hace 15 años, creo que esto ya lo tienen superado, pero están inmersos en una serie de uniones y desuniones, que no llegan a buen fin, lo que hace que se desconfíe de ellas, lo que tienen que hacer es unirse de una vez y tener como cooperativas, la mayor plataforma del país y así volver a confiar en ellas.

Luis Acer
Luis Acer
15/05/2017 20:02

Ante todo un comentario excelente, es más yo le incluiría más apreciaciones ya que el tema tiene mucha miga.
Desde mi modesta opinión de socio de uno de los grupos de compra más importantes del país no puedo estar más de acuerdo con tu comentario. Lo que necesitamos de una vez es bajarnos del pedestal en el que estamos situados y volver a poner en marcha de nuevo el espíritu inicial de las cooperativas consistente en aprovechar las virtudes de cada socio-asociado para mejorar todo el conjunto y dejarnos de milongas cortoplacistas y para la galería, ya que entre Amazon, Alibaba, y el resto de operadores de gran tamaño no sólo nos han comido la tostada sino que además debido a nuestra inmovilidad o conformismo pueden llegar a hacernos desaparecer o subsistir.
Un saludo y por favor no dejes de aumentar este blog .

Pablo
Pablo
15/05/2017 19:43

Únicamente los socios zombies crean cooperativas zombies (1). Le llamaré Juan. Desde hace tiempo y en diferentes foros he escuchado de forma continuada las mismas quejas: fuera de la cooperativa se compra mejor, los gestores de la cooperativa viven otra realidad, la cooperativa se queda mucho rapel, no existe un plan de negocio que innove, siempre vamos detrás de la gran distribución, … .Sabe, la buena noticia es que las cooperativas que existen son las que quieren los socios. Si esto es así es porque el socio lo ha aceptado de forma pasiva o activa. A diferencia de una organización privada que tiene su propio afán de lucro, las cooperativas deben tener su razón de ser en el beneficio final del socio. Usted tiene derecho a saber a que se destina ese “rapel excesivo” que se cobra, debe conocer la metodología de trabajo de sus profesionales, usted puede participar en el plan estratégico de su cooperativa, en resumen, en su cooperativa deben estar las respuestas a sus quejas. Si no es así, o cambie de cooperativa o cambie su cooperativa. Es más facil la primera opción, porque para hacer la segunda se requiere, además de notoria valentía, muchos más recursos… Leer más

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