Abrir ventanas

Por Juan Manuel Fernández

A la vista de los próximos encuentros sectoriales que se anuncian en el sector: Big Mat Day 2016, II Jornada de Retos del Bricolaje AFEB-ADFB, 1ª Jornada de Formación Empresarial Fundación Txema Elorza-Comafe, II Encuentro Profer, y III Foro Beret, quiero compatir una vez más la importancia y el valor que aportan a los participantes, entre los que me apresuro a contarme.

La problemática diaria de las empresas tiende a ensimismarnos en bucles recurrentes que nos obligan a trabajar con orejeras y gafas de corto alcance. Estamos centrados en el detalle, en la anécdota , en enfocar la manguera a la chispa que se prende aquí y allá. La rutina y la inercia se comportan como barreras transparentes que no permiten la entrada de aire nuevo ni aventurarnos fuera de nuestro área de confort. Porque, hay que reseñar, que lo que hacemos recurrentemente –aunque sea con esfuerzo, disgustos y cansancio- se incluye en lo que llamamos área de confort. Y mientras estamos ahí, el mundo sigue girando a su velocidad acelerada, rompiendo paradigmas un día sí y otro también, con lo que eso significa de amenazas y oportunidades para nuestras empresas.

En el ámbito de la ferretería, el bricolaje y los suministros industriales, las cosas también están cambiando rápidamente mientras nuestro día a día nos absorbe y nos impide mirar a nuestro alrededor.

Encuentros profesionales como los citados al principio de este post abren ventanas para que podamos mirar qué pasa en el mercado, cómo nuestros colegas se enfrentan a retos similares a los nuestros, cuáles son las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías o las alianzas entre iguales, quiénes abren la vanguardia del sector y marcan el camino a seguir, dónde se esconden las amenazas más serias.

Si acudimos a ellos sin orejeras y con las gafas de ver a lo lejos, sin prejuicios y con ganas de aprender, con humildad y con ánimo de reinventarnos, las posibilidades de volver a casa con más oxígeno en el cerebro, nuevas ideas y estímulos, compensarán con creces el tiempo que le dediquemos, aunque sea a costa de dejar de prestar momentáneamente menos atención al detalle e, incluso, de perder una venta oportunista.

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