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Las pymes resisten

La feroz resistencia de las pymes españolas

Por José CarrascoFundador de Fersay y Azelera Formación

En momentos como el actual, de grandes turbulencias en el mercado y grandes incertidumbres sobre el futuro a corto y medio plazo, tenemos noticias de la gran cantidad de autónomos y pymes que han cerrado con el aumento considerable de los concursos de acreedores.

Para las personas que trabajaban en estas empresas es un drama, porque si no se crean más nuevas compañías que aquellas que cierran, resulta muy difícil que encuentren trabajo. Y ya sabemos que las personas, si estamos mucho tiempo inactivas, nos vamos quedando atrás en este mundo que va a gran velocidad.

Nos encontramos en un momento en el que las empresas que pueden seguir en el mercado son, sin duda, aquellas que han hecho bastante bien las cosas. Porque desde la pandemia no ha habido tregua y el ambiente se ha complicado mucho para el mundo emprendedor y empresarial. Y la economía se ha complicado con factores como la invasión de Ucrania y el aumento de costes generalizados, con una inflación galopante.

Los únicos contentos son los estados occidentales, ya que están aumentando su recaudación de impuestos como nunca, a precios más altos para los sufridos consumidores, más recaudación por IVA y otros impuestos para Hacienda. Debería plantearse un sistema para que, cuando se produzca una inflación tan radical y que va a seguir entre nosotros un tiempo, se bajasen automáticamente los impuestos y así ayudar a las empresas y a los consumidores.

Cualquier empresa o negocio vive de los márgenes, no de las ventas

Si las compañías no pueden repercutir las enormes subidas de costes, solo obtendremos nuevos cierres de empresas y eso es malo para la sociedad. A las empresas les han subido de forma salvaje los costes de sus compras, pero, sobre todo, los costes laborales en los últimos dos años. Y si no pueden aplicar todas esas subidas de costes a los precios, se quedan sin márgenes y sin negocio para subsistir.

Además, el ambiente está en contra de las empresas. Se ha insultado y faltado al respeto a las empresas en general y, sobre todo, a algunas grandes que han generado mucho empleo y de calidad. Esto tampoco ayuda, porque predispone a la gente a ser agresivos e ir en contra de las empresas. Ninguna empresa pequeña o mediana quiere crecer. Nadie quiere pasar de los 50 empleos. Porque sabe que solo le esperan subidas extremas de costes por burocracia que nada produce y quita sentido a la verdadera labor de las personas en las empresas, que consiste en generar valor para el cliente y tener un trabajo con sentido y motivación.

Un ambiente hostil contra las empresas significa, para la sociedad actual, darse un tiro en el pie. Y es que va en contra de aquello que produce valor en el mercado y contribuye con sus impuestos a una mejor sociedad. Si ya tenemos una situación geoestratégica complicada que solo trae inflación y crisis bancarias y lo agravamos complicándoles a las empresas su desarrollo, solo aumentará el paro y entraremos en una espiral peligrosa.

Cuando una empresa cierra, las personas que allí trabajaban dejan de consumir como lo hacían. A su vez, las empresas que quedan en el mercado venden menos y entran en crisis también.

España es, sobre todo, un país de microempresas y pymes

Por eso, se las debería cuidar más y ayudarlas al máximo, en lugar de complicarles la vida.

Nadie que tenga unos mínimos conocimientos de economía o del mundo empresarial ignora que, si les subimos los costes de forma radical a las empresas y no pueden repercutirlos a la misma velocidad, perderán márgenes, o sea, rentabilidad, y las pondremos en peligro.

Es más necesario que nunca priorizar (en estos momentos de inflación y crisis bancaria que complicará la financiación de las pymes) el empleo y el mantenimiento de las empresas, que ganar más a fin de mes, poniendo en peligro la continuidad de las empresas y poniendo en el paro a unos, generando una verdadera desigualdad social. Lo importante es que se recuperen las empresas y consigan subsistir. Cuando vayan recuperando los márgenes, que se mejoren las condiciones de todos y puedan pagar sus impuestos sin recurrir a nuevos créditos que solo generarán más deuda futura.

Es el momento de los valientes, pero también de los sensatos

Es hora de diseñar estrategias que tengan como objetivo prioritario ayudar a las pymes que subsisten y a las de nueva creación para aumentar su número total en España. Y tratar así de generar nuevos empleos y mantener los que hay.

Hay que felicitar a las pymes españolas que, en un momento tan crítico, son capaces de seguir adelante y también a las que comienzan su andadura. Debemos ver a las empresas como lo que realmente son: un proyecto económico y social que contribuye a una mejor sociedad, más prospera y con mejores perspectivas. Solo así podremos ser un poquito más felices todos.

  • Las consecuencias emocionales que producen las decisiones de cada gobierno se han vuelto tan importantes o más que las económicas.
  • Hay que buscar mejoras internas antes de buscar mejoras externas.
  • El hábito de tomar decisiones rápidas y cambiarlas con calma sí es necesario, es un factor común de éxito.
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Delia
Delia
28/03/2023 13:13

Me encanta este artículo José, cuanto sentido común y razón llevas. Me atrevería a decir que de la pandemia poco hemos aprendido o nada. Si las pymes, microempresas, los autónomos… somos los principales creadores de empleo de este país, Creamos empleo y generalmente de calidad, eso conlleva a crear una sociedad y comunidad como es en nuestro caso que vivimos en un pueblo de menos de 1000 habitantes, todos nos conocemos y no solo tenemos la relación de empresario-cliente sino que hay otros valores que quizás en una ciudad grande no se generan, al final es uno de los puntos más gratificantes de nuestro trabajo. Ver que en ciudades como en OURENSE u otras el pequeño comercio baja la persiana porque entre otras cosas tener hoy un empleado ” es un lujo ” genera cuanto menos tristeza.

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