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Planificación de la estrategia para surfear grandes olas

Por José CarrascoFundador de Fersay y Azelera Formación

La estrategia central, y sus consiguientes capas para controlar su eficiente ejecución en unos momentos de gran incertidumbre, resulta como un jeroglífico muy embarullado. O sea, nada fácil y que requiere de una gran vigilancia permanente. Y eso resulta agotador. La estrategia de una empresa tiene como objetivo prioritario la mejora en la satisfacción de los clientes (sin clientes no hay empresa) y su fidelización. También resultar una empresa atractiva que pueda atraer a nuevos clientes de su mercado o de otros nuevos.

Muchas pymes se enredan en grandes definiciones filosóficas y se olvidan de la auténtica razón de ser de una buena estrategia y su ejecución. Solo si es acertada para nuestros clientes, estará centrada y producirá resultados positivos, ya que, sin estrategia, no podemos conseguir objetivos valiosos.

Por lo tanto, resulta especialmente importante tener esto claro en momentos como los actuales, donde el mundo y los mercados cambian a gran velocidad, en dirección desconocida algunas veces, y eso nos podría dejar en fuera de juego.

Solo una vez que nos aseguremos de que realmente nuestra dirección estratégica favorece a nuestros clientes, presentes y futuros, podremos conectar los tres niveles necesarios para una buena ejecución: estratégico, táctico y operativo.

Antes de eso, por supuesto, ya tendremos bien definidas la razón de ser, propósito o finalidad de nuestra empresa (el para qué debemos seguir existiendo en el mercado). Así como la visión, misión y los valores que compondrán nuestro auténtico ADN.

Así que primero se ha de saber hacia dónde queremos ir para marcar objetivos ambiciosos pero realistas. Luego, establecer la carretera que necesitaremos para llegar a nuestras metas (que se irán ampliando), que será la estrategia que nos llevará allí. Y, luego, vigilar que los tres niveles estratégicos sean coherentes y se estén aplicando con rigor.

La estrategia, necesaria ante los momentos de incertidumbre

Precisamente, cuando más confusos estemos, cuando más complejidad externa nos encontremos, más necesaria será la estrategia para darle sentido a nuestro trabajo, esfuerzo y prioridades.

Saber dónde debemos poner la máxima atención, nuestro foco, es lo que nos va a guiar para no cometer distracciones que nos lleven a errores que luego lamentaremos.

También cuando hay momentos complejos lo son para todos. Y es el momento ideal para ayudar a facilitar las cosas a nuestros proveedores y clientes, que seguro nos lo agradecerán y valorarán mejorando considerablemente las relaciones.

Pero donde más debemos aportar claridad y luz es a nuestros equipos, ya que, de lo contrario, lo demás no se podrá conseguir. Por tanto, resulta más importante que nunca aplicar un Liderazgo Empático que ayude a mejorar el ambiente interno y anime a cumplir con todos los actores externos con los que debemos actuar para conseguir nuestros objetivos.

Ninguna estrategia, por muy buena que sea, se podrá ejecutar, si antes no hemos formado y convencido a nuestro equipo para que todos juntos sepamos por qué hacemos lo que hacemos. Y eso nos llevará a satisfacciones y beneficios conjuntos.

No hay mejor equipo que aquel que sabe por qué y a dónde va y quiere ir por sí mismo a ese lugar.

Las empresas deben tener una estrategia clara

Cuidar la planificación estratégica

La parte puramente estratégica será la que nos ayude a tener un horizonte de tiempo suficiente como medio o largo plazo. La parte táctica será la que vayamos adaptando con cierta flexibilidad en el día a día. Y la parte operativa es la que llega a toda la empresa y se conecta con las otras dos, aplicando lo necesario para facilitar su ejecución.

Cada una de las fases requiere una atención determinada y una vigilancia adaptada al momento. Porque son diferentes períodos los que debemos permanecer atentos para que al final funcione con armonía y sincronización, como si de una orquesta se tratara.

Nunca tuvo tanto valor como ahora acertar en la estrategia de nuestra empresa y en su ejecución para compensar algo la enorme incertidumbre actual de los mercados.

Y que nadie piense que esto es solo para las grandes empresas. Porque entonces ya le quedará poco tiempo en el mercado.

Cuidemos todo lo relacionado con lo estratégico y nos irá mucho mejor.

  • Planificar es traer el futuro al presente para hacer algo al respecto.
  • El que persigue varias liebres no caza ninguna.
  • El futuro ya no es estable: se ha convertido en un blanco móvil.
  • Cuando debemos elegir y no lo hacemos, ya lo estamos haciendo.
  • La táctica es como andar; la estrategia es como volar.
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