La cara factura que pagan las empresas por desconectar

Es una realidad incuestionable que, por cansancio ante tanta turbulencia en los mercados y tantos movimientos en el tablero de ajedrez de la economía, hemos llegado a la saturación de noticias y cambios continuos. Algunos han decidido la desconexión parcial o total, pero no han valorado las graves consecuencias que esto les va a suponer. La factura para las empresas puede ser muy cara, ya que desconectar, aunque sea por saturación, supone renunciar a gestionar adecuadamente el negocio. Y esto es apostar al desastre.

Es cierto que en estos momentos resulta muy difícil y agotador permanecer en Alerta Total todo el tiempo. Pero lo contrario es mucho peor, pues supone la negativa al análisis que cualquier movimiento puede significar en el mercado. Esto implica dejar nuestra estrategia obsoleta o simplemente en dirección contraria a la adecuada.

Es preocupante observar la tranquilidad con la que algunos responsables se toman su obligación de estar al día de todo lo externo que pueda influir en su mercado y, por lo tanto, en sus empresas o comercios y su dejación de responsabilidades en esta importante función.

Ni esta etapa del COVID ha conseguido disminuir el ritmo de los acontecimientos en los mercados ni parece que este mundo loco llamado VICA O VUCA (según queramos usar más anglicismos o menos) vaya a volverse más lento, sino todo lo contrario. Hay movimientos importantes que afectarán al futuro de todas las pymes y comercios.

Los responsables de las empresas deben permanecer siempre alerta.

Cuidado con la falta de análisis

Lo difícil consiste en saber detectar a tiempo en cada noticia, cada cambio, cada nueva acción comercial, en primer lugar, si nos va a afectar o no. Lo más cómodo, y por desgracia lo más frecuente, es que la mayoría de los movimientos no se detecten como influyentes en nuestra empresa. Pero sí lo son y aquí se siembra nuestro futuro problema.

La falta de análisis, que también requiere cierta dosis de reflexión y serenidad (ambas casi desaparecidas, por desgracia), hace que no nos demos ni cuenta de algo que va a ser determinante a medio plazo para nuestra propia supervivencia o crecimiento.

Y la falta de conocimiento de lo que sucede a nivel global, ya sabemos por experiencia, acaba convirtiéndose en un dolor de cabeza pasado un tiempo. Casi todo influye más de lo que creemos y eso nos ocasionará numerosos problemas en cascada.

Aparte de la obligación de estar adecuadamente formado y actualizado, lo que significa una formación permanente de por vida (el título o los títulos que tengamos son una buena base, pero totalmente insuficientes en estos momentos), también hay que permanecer alertas a todo tipo de noticias generales o sectoriales. Y, sobre todo, aquellas que tengan que ver con tendencias nuevas o pequeños cambios. O quizás no tan pequeños, aunque así nos parezcan en un primer momento.

Hay que hacer, por lo tanto, un llamamiento general a los responsables de las empresas para que analicen rigurosamente cada acción o noticia. Y, sobre todo, no descartar nada a la ligera, a pesar del ritmo tan alto que esto implica.

Resulta agotador, es un factor de estrés y muy exigente permanecer en alerta constante. Pero más triste y más duro será tener que reducir plantilla y nuestro negocio o, incluso, tener que cerrarlo por habernos descuidado un momento.

Las empresas deben estar al día

Es muy importante que nada nos distraiga ahora de nuestras principales prioridades, entre las que deben figurar el análisis diario de todo lo que se mueva. Si no, mañana lamentaremos no haber detectado a tiempo un nuevo competidor, un cambio de tendencia o una nueva estrategia de alguien que haga tambalearse nuestra empresa.

Si queremos superar este 2021 tras el año anterior tan trágico, resulta imprescindible que nos mentalicemos de la importancia de estar al día absolutamente de todo lo que tenga que ver con la economía, el consumo, el comportamiento de la sociedad, los posibles cambios legislativos y medio ambientales. En definitiva, de todo movimiento o acción en nuestro mercado. Y que no nos limitemos a lo local, sino a nivel internacional. Pues muchos cambios se producen antes en otros mercados que, por más lejanos que parezcan, son la avanzadilla de lo que luego nos llegará de golpe y sin posibilidad de reaccionar.

Solo aquellos que vigilen y analicen todo en este momento podrán tener tiempo de reaccionar ante la vorágine de movimientos que se van a producir en los mercados y los cambios de timón que eso puede suponer a los capitanes de cada barco.

Además, es lo mínimo que esperan de nosotros nuestros equipos humanos: que les iluminemos un camino bastante oscuro en estos momentos, que solo les producen dudas y mucha incertidumbre y esto les desmotiva en el día a día. Démosles algo de seguridad y eso se transformará en acciones positivas y rentables para todos.

El destino reparte las cartas, pero eres tú quién juega la partida.

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