El pasado 6 de febrero escribí un post titulado MOROS.O.S. RAI que hablaba de impagos, retrasos en los mismos y malos pagadores. De ninguna manera creí que, un mes después, tendría que retomar el tema con la intención de agitar conciencias y alentar la solidaridad empresarial.
El confinamiento domiciliario, determinado por la pandemia de coronavirus, nos ha traído la paralisis económica; aunque parezca mentira, ha bastado una semana, desde la declaración gubernamental del Estado de Alarma, para que se multipliquen las comunicaciones de retrasos en las obligaciones de pago de los distribuidores.
Quiero ser optimista y creer que esta es una crisis coyuntural y pasajera que en 3 meses nos devolverá a una senda económica normalizada; creo en el efecto rebote en mayo y me cuesta comprender que, en tan solo una semana, haya empresas que no sean capaces de atender sus obligaciones básicas. Que se hayan quedado ya sin liquidez. Es evidente que las ayudas del estado no van a llegar a todos los rincones de la economía pero, estoy seguro, que las empresas serias son capaces de poner su granito de arena para que el colapso no sea absoluto.
No es el momento de curarse en salud si no de pensar en el conjunto de la sociedad y estoy seguro que romper la cadena de pagos, a la primera de cambio, es la mejor manera de asegurarse una crisis más duradera en el tiempo.
Carlos Polo, de NTS, desde Bilbao lo explica muy bien en este video.
Luminita es la empleada doméstica en mi casa desde hace muchos años. Lo primero que hicimos mi mujer y yo fue asegurarle que, aunque no pueda desarrollar su trabajo, va a seguir cobrando. Porque si no dejará de pagar el alquiler, no tendrá para la luz, ni la comida, etc… No contribuyamos a tirar ni un pieza del dominó o todo se irá al traste.
Cada cual, en su pequeña esfera de actividad, puede contribuir a que esta sociedad mantenga las constantes vitales de su economía. Y para los ligeros de gatillo en los impagos recordarles que, seguramente en un breve lapso de tiempo, tendrán que recobrar las relaciones comerciales con sus acreedores.
Ni tengo ánimo ni es momento para una recomendación gastronómica aunque les adelanto que la cocina ayuda a sobrellevar mejor las horas muertas. Esperemos celebrar la vida con un gran banquete en cuanto acabe el confinamiento.
[…] de sobrevivir en este presente lo más unidos y colaborativos posible e ir pensando en el futuro. No es época para “listillos” ni ventajistas y a estos habrá que pasarles la factura […]
Muy buena aportación Peter y mucha salud para todos.
Totalmente de acuerdo Javier.
Formamos todos una cadena, de valor y de pagos, y todos debemos ser responsables de nuestro eslabón para no perjudicar más aún a los que están aguas abajo. Porque todos estamos sufriendo, pequeños negocios familiares y grandes multinacionales. Puedo ver los dos puntos de vista, porque mi mujer es autónoma con un pequeño negocio cerrado por el estado de alarma y yo estoy en una multinacional. Claro que tenemos más pulmón (valga la expresión), pero también tenemos grandes gastos fijos y la obligación primordial de seguir soportando y apoyando hasta donde podamos a las muchas familias cuya economía depende directamente de nosotros. Y además seguir dando servicio a la parte de nuestros clientes que siguen funcionando, comprando y pagando a nuestros proveedores. Para todo ello necesitamos todos nuestros recursos financieros y no podemos asumir el rol que les corresponde a los bancos. Es obligación urgente del gobierno asegurar que las líneas de crédito anunciadas de verdad empiecen a funcionar para que cada uno de nosotros pueda asumir sus propias responsabilidades. Ánimo a todos!
Gracias por participar Alejandro y bienvenida la crítica. Seguro que me la merezco. Aciertas en decir que los toros se ven mejor desde la barrera. Solo quiero matizar que el desgobierno es mundial y que una semana es poco tiempo para que un negocio sólido haga aguas.
Quizás sea el momento de defender a esas ferreterias que con tanto esfuerzo y pasión defienden los productos que venden, añaden un valor incalculable a ese producto con la experiencia que le ha dado toda una vida de profesión. Pequeños capilares que inundan la península y dan oxígeno a esas marcas que solo ven cifras. Es realmente triste valorar a un cliente por la capacidad financiera en un momento de grave crisis como el que vivimos en el que las ferreterias se han quedado sin ingresos y teniendo que hacer frente a múltiples gastos y no solo pagos a proveedores, sino también hipotecas, alquileres, impuestos, trabajadores, etc… Me gustaría que me dijesen ustedes que harían si se quedasen con cero ingresos como ha pasado, como le pagaría a luminita con todos los gastos que tiene ? Todos somos víctimas de este desgobierno.
Es un ejemplo bastante malo, observado desde un punto de vista de “oficina” y que no refleja la realidad de tener que cerrar tu negocio por estado de alarma.
Gracias Gonzalo por aportar una opinión tan diferente.
No conozco ningún Río que se le secaron los manantiales y tenga agua.
Aquí queremos que la tenga igual y eso es imposible
Las ferreterías son esos manantiales.
La situación la agravaron los inútiles del gobierno al no tomar medidas a tiempo
La situación de cada negocio la sabe cada uno
No se le puede cargar a estos el peso de los pagos
Una opción es pagar con la mercancía no vendida y no creo que esta sea una buena solución.
Al contrario las ferreterias necesitan ayudas para sobre vivir a esta situación
La cadena de los pagos se tiene que parar en cada una de las mallas, del primero al último, incluido los impuestos. Desplazarla en el tiempo que dure esto y una vez que termine continuamos
Un alto en el camino, pero para todos, no solo para unos
Estupenda reflexión Pedro. Ahora se puede sabe qué clientes merecen formar parte de nuestra cartera comercial.
Gracias Isabel. Todos juntos será menos complicado.
Suscribo tus comentarios Javier, y subrayo la necesidad de comportarnos todos con honestidad y profesionalidad. Sorprende el temprano aluvión de mails comunicando la decisión unilateral de suspender los pagos o retrasar los vencimientos. Sorprende el escaso pulmón financiero de algunos de los miembros del canal de distribución. Y sorprende, y mucho, la escasa solidaridad de algunos para con el resto. Pasar la patata caliente al siguiente en la fila no nos servirá para solucionar la crisis a la que os enfrentaremos cuando el virus esté bajo control. En Aginco apoyamos y apoyaremos siempre a nuestros clientes en la medida de nuestras posibilidades, pero quizás debamos plantearnos todos si aquel que se parapeta detrás de una circular genérica a todos sus proveedores es el tipo de cliente que merece nuestro apoyo.
Por último, recordar a todos que tenemos entre nosotros entidades financieras dedicadas a lo que su nombre indica: financiar a los particulares y empresas. Y que además, en estos momentos, disponen de fondos para desarrollar su labor.
Saludos y mucho ánimo a todos
Muchas gracias Javier por apelar a la colaboración y a huir de medidas unilaterales que poco bien hacen al global.
En esta situación, tan imprevista y desconocida, estamos todos por igual: grandes, medianos y pequeños. Y será gracias al esfuerzo y la ayuda, con la unión de fuerzas, como seremos capaces de salir adelante, haciendo sacrificios, que nos tocará hacer, pero haciéndolos juntos. Estoy segura de que cada situación tendrá su respuesta, pero es un grave error pensar que en estos tiempos se va a ganar nada con imposiciones. No es momento para ello.
Gracias Darío por tu comentario. Vienen tiempos para gente solidaria y valiente.
Javier,
Muchas gracias por tu llamada a la solidaridad.
Colaborar es encontrar soluciones juntos; nunca imponer medidas, unilateralmente, sin tener en cuenta que producimos un daño mayor que la solución que buscamos.
En Aghasa Turis siempre hemos sido, y esperamos seguir siendo, proclives a
facilitar financiación a nuestros clientes pero nos molesta mucho cuando nos lo imponen por el artículo trece, sin ni siquiera solicitarlo.
Gracias José Ramón por tu participación y mucha salud para todos.
Ojalá tod@s nos podamos hacer cargo de nuestros vencimientos; sería señal de que la cadena no se ha roto, pero el miedo y la desconfianza afloran. Ya hemos recibido devoluciones de clientes porque nos dicen que no “van” (hablando en futuro) a ingresar nada, pero minutos después nos querían pedir materia; al final, mejor no vender con esta incertidumbre que regalar los materiales.
Una pena, después de Expocadena, se esperaban unos meses tranquilos y con ventas razonables.
Ojalá pronto termine esta pesadilla y que no cueste más vidas.
Mucho ánimo y fuerza a todos. Saldremos de esta.