Ya es mala suerte que este post, el último del año, vea la luz el día después que gobierno, sindicatos y patronal hayan acordado la subida del salario mínimo interprofesional de los trabajadores para los próximos tres años. De cualquier modo como el retardo en la capacidad adquisitiva de los currantes es considerable, nunca está de más.
Mi trabajo me acerca todos los días a conocer la salud económica de las empresas del sector y lo que me encuentro en el último ejercicio son interesantes crecimientos, ventas que se acercan a los mejores momentos precrisis y una evidente recuperación de márgenes de rentabilidad impulsada por la optimización extrema de los recursos humanos y los sueldos de subsistencia. Aquí quería llegar; el sueldo de los trabajadores sigue en niveles de hace 10/12 años, el de los recién llegados al mercado laboral es sonrojante. Me asomo a este estrato poblacional a través de mis hijos; compartir con ellos el día a día y escuchar lo que me cuentan de sus amigos me ayuda a conocer a quienes van a protagonizar el futuro; andan acorralados por alquileres excesivos y por un IPC que siempre va sacando ventaja a su capacidad de compra. En el límite de esas prácticas los de los estrellados restaurantes de la Guía Michelín; sus propietarios insisten en que son negocios viables gracias a ese ejército de esclavos que hacinan en la trastienda de sus cocinas. Masters que se sufragan con horas de vigilia. ¡Joder con el capitalismo!
Sean generosos con sus empleados o les hurtarán sonrisas a sus clientes, profesionalidad en su desempeño, tiempo y actitud en el trabajo, horas de formación. Los mejores empresarios empiezan a serlo cuando cuentan con los mejores empleados y saben conservarlos.
Dos recomendaciones para el cambio de año. Si no han visto la película Plácido – el clásico de Berlanga ambientado en el protofranquismo- tienen que hacerle un hueco en su agenda. Si ya la han visto viene bien recordarla; las Navidades son diferentes cuando uno repara en la campaña “Ponga un pobre en su mesa”.
Para comer el Bodegón Vista Alegre en Villamediana de Iregua, al lado de Logroño. Mi agradecimiento a Koldo Cámara de Index/Chavesbao por habérnoslo dado a conocer.